Los obispos de la Conferencia Episcopal de Guatemala celebraron su Asamblea Plenaria Anual del 23 al 27 de enero. Eligieron a los nuevos miembros del Consejo Permanente y a los presidentes de las comisiones pastorales. El nuevo presidente de la Conferencia Episcopal es monseñor Rodolfo Valenzuela Núñez, obispo de Verapaz.
Al finalizar su asamblea plenaria anual, los obispos dieron a conocer un mensaje titulado "Cristo Jesús nuestra esperanza" en el que se refieren a la nueva evangelización y a la Misión continental lanzada en Aparecida; el tema de la formación de sacerdotes, entre otros.
"Pensamos que los Acuerdos de Paz siguen siendo herramientas con que trabajar los grandes temas nacionales", señalan los obispos y explican que más de la mitad de los ciudadanos viven en pobreza y en medio de una falta de desarrollo rural integral.
Los obispos comunicaron que este año hubo un aumento en el número de jóvenes que ingresan en el Seminario. “Sentimos la bendición de Dios que se nos manifiesta a través de tantos jóvenes generosos que se quieren entregar al Señor en el camino hacia el ministerio sacerdotal”, afirman.
También recuerdan que todos tienen la responsabilidad de “orar por las vocaciones y de ofrecer el apoyo económico necesario para el funcionamiento de los seminarios”. Agradecen a los sacerdotes y formadores que actualmente trabajan en los seminarios y la disponibilidad de aquellos a quienes se les pedirá este servicio en el futuro.
Los obispos afirman en su mensaje que “más de la mitad de los ciudadanos viven en pobreza que se manifiesta de muchas maneras: falta de ingreso necesario para una vida digna, desnutrición y salud precaria de los niños y jóvenes, una calidad educativa que no capacita para el trabajo competente”, aunque reconocen como importante la expansión de la cobertura educativa así como del aprecio por la educación formal.
Asimismo, señalan que la institución familiar se debilitó por la migración así como por el deterioro de la vivencia de los valores morales en la cultura; el narcotráfico mina los valores de la convivencia; y que la violencia y la inseguridad son manifestación de estas disfunciones sociales. Los obispos afirman que “ la inseguridad y la violencia se combaten atacando a las raíces y causas que las provocan y no solamente a sus manifestaciones”.
"Nuestra propuesta –señalan los prelados– ya expuesta en la carta pastoral ‘Construir en justicia inspirados por Dios’ plantea los principios fundamentales: el respeto a la persona como fundamento de una ética política y social, la búsqueda del bien común como criterio moral para discernir la bondad o maldad en las decisiones gubernamentales, empresariales y ciudadanas, el principio del destino universal de los bienes, tal como se entiende en la Doctrina Social de la Iglesia, y como norma de la administración de los bienes temporales y el principio de la subsidiariedad".
Refiriéndose a la visita del Presidente de la República destacan haberle manifestado la propia convicción de que la inseguridad y la violencia se combaten atacando a las raíces y causas que las provocan y no solamente a sus manifestaciones.
"Estas causas son la falta de ética y moral tanto en la gestión pública como en las acciones de los ciudadanos que últimamente se enraízan en la idolatría al dinero, al poder y al placer". +