Santiago/CHILE.- El padre Alvio Eraclio Mattioli es considerado el fundador del hogar de ancianos Don Orione de Los Ángeles. A las 22,30 horas del pasado lunes, en la clínica de la Universidad Católica de Santiago, dejó de existir, víctima de una septicemia por una infección urinaria.
Llegó a Chile en 1955. Estuvo en Santiago como asistente de niños huérfanos, profesor en la Escuela Industrial de Los Cerrillos y en el seminario congregacional. Entre los años ‘61 a ‘78 estuvo en Los Ángeles cuidando a los niños internos, fue profesor y encargado de la escuela-taller. También fue vicario parroquial y en el impulso inicial del Hogar de Ancianos, que inició en 1977.
Fue director del Pequeño Cottolengo de Santiago, trabajó en el Cottolengo de Rancagua y pasó en Quintero 10 años, dedicándose a niños deficientes y enfermos profundos. Allí fue vicario parroquial. En 1993 volvió por obediencia a Los Ángeles como encargado del Hogar de Ancianos, cargo que ocupó hasta 1999, cuando regresó a Santiago. Sus últimos años no fueron fáciles, debiendo ser asistido, debido a que su memoria se desdibujaba y tantos años de cansancio físico fueron mellando su salud. Porque eso era su pasión: el trabajo y, entre las tareas que le correspondían, se dedicada con ahínco al trabajo físico de carácter campesino, actitud aprendida de sus padres campesinos.
Había nacido en Camerino, Italia, el 7 de octubre de 1924. Llegó a Los Ángeles en 1961, para reforzar la presencia orionista en esta ciudad, que había comenzado una década antes. Era su oportunidad para servir y para realizar lo que le apasionaba tanto como el sacerdocio: el cultivo de la tierra. Su velatorio se está efectuando en el Cottolengo de la Obra Don Orione en Cerrillos, donde residió sus últimos años. Su funeral será hoy, en la capital.
El padre Gustavo Valencia, párroco del Perpetuo Socorro, conversó con La Tribuna vía telefónica, cuando viajaba ayer con una representación de angelinos, entre ellos, Margarita Poccoroba, representante de la familia de ascendencia italiana que recibió a los sacerdotes orionistas y, entre ellos, al padre Mattioli.
EL HOGAR Padre Gustavo lo recuerda siempre laborando, “toda una vida trabajando, con sus propias manos. Cumplía muy bien con sus labores pastorales, sin embargo, lo que más le llenaba la vida era el trabajo organizativo y manual, cultivar la tierra. Era apicultor, se había especializado”. Siempre estaba muy preocupado –y sumamente ocupado también- por el bien de la comunidad, de sus feligreses, en particular, del bienestar de los niños.
En 1972, fue nombrado superior de la Congregación en Los Ángeles. Llegó un momento especial, ese año 1976, cuando conversó su idea con monseñor Orozimbo Fuenzalida, obispo de la diócesis de Santa María de Los Ángeles. Le planteó a la autoridad diocesana la posibilidad de recuperar la infraestructura, pero no como escuela granja, sino como hogar, para salvar una crítica situación, de tantas personas de la tercera edad sin ser acogidas por la sociedad. Se puso a la tarea y adaptó las dependencias de la ex Escuela Nº 34, que había funcionado dentro del predio del barrio Villa Hermosa, donado por don Cirilo Godoy y su esposa, la señora Clara Rebolledo de Godoy. La matrícula había bajado, principalmente por la instalación de una escuela fiscal cercana y porque ya habían dos escuelas agrícolas funcionando en Humán y Huaqui. Era el lugar adecuado entonces. Allí instaló las dependencias, recibiendo a sus primeros residentes desde 1977.
Fue el 18 de junio de 1977 cuando el padre Alvio Mattioli tuvo su gran alegría: la bendición del Hogar Don Orione, por parte del obispo Fuenzalida; el Superior General de la congregación orionista, padre Ignacio Terzi; el Superior de la obra en Chile, padre Ángel Cantarutti; y numerosos amigos y bienhechores. Padre Gustavo rememora que “en ese tiempo, muchos residentes eran campesinos, sin previsión, sin respaldo de nada, muchos indigentes, y así, se hacía mucho más difícil hacer funcionar el hogar”. Pero el padre Alvio Mattioli se las rebuscaba, para hacer producir la tierra, en el entorno del Hogar y en el predio donado a la congregación, ubicado en Mulchén, ahí, su pasión era la agricultura.
De 1993 a 1999, asume nuevamente la dirección del Hogar de Ancianos Don Orione, abriendo la obra hacia la comunidad. Por ello, mantiene contacto con la Municipalidad, que le concede reconocimientos por esa labor de servicio, al administrar ese recinto que atiende a los adultos mayores carenciados. En octubre del 2006, padre Alvio Mattioli celebró, junto al padre Ángel Cantarutti, sus bodas de oro sacerdotales. Fue una solemne, emotiva y concurrida eucaristía en la parroquia del Perpetuo Socorro de Los Ángeles, donde se recordó su trayectoria y se le brindó un cálido reconocimiento.
