Tandil /ARGENTINA.- Al presidir la misa por la peregrinación diocesana al Calvario de Tandil, que se realizó el pasado domingo con el lema “Creo porque soy amado”, el obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, explicó que el servicio a Dios implica prueba y esfuerzo, además de vocación a seguirlo, y recordó que éste es próximo también a la obediencia.
El prelado aseguró que “los hombres de nuestro tiempo necesitan luz. Hoy, de manera especial, debemos todos recordar aquellas palabras del Señor: ‘La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha’”, por lo que señaló que “todos debemos sentirnos responsables por las vocaciones de especial consagración dentro de la Iglesia”.
“Hay mucha oscuridad en nuestra cultura -advirtió-. Viene a la mente la fuerte expresión de Juan Pablo II: ‘la noche ética de nuestro tiempo’. De distintas maneras se atenta contra la vida. Hay una en especial que nos golpea en estos días. El reciente fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha motivado una toma de posición unánime de los obispos, expresada en distintas formas”.
El prelado leyó un breve comunicado en este sentido que “siento la necesidad de reiterarles”.
“Ante el fallo de la Suprema Corte, donde se declaran no punibles los abortos provocados en caso de violación, el foco de atención debe estar puesto al mismo tiempo en la mujer violada y el niño por nacer. El hecho de que exista una violación es delito que debe ser sancionado en el culpable, no en el niño que es inocente. Al mismo tiempo el daño moral provocado en la mujer violada debe ser adecuadamente atendido, con un amplio operativo de contención psicológica y espiritual. Hoy existen, un poco en todas partes, instituciones que se encargan de esto con eficiencia y gratuidad, brindando asistencia integral”, destacó.
Monseñor Marino sostuvo que “un delito y una tragedia no se solucionan ni reparan con la supresión de una vida inocente, que sin duda es una persona humana indefensa. La realidad muestra que la mujer a futuro no queda liberada del mal padecido por elegir este camino”.+
