Pilar/ARGENTINA.- En el marco de la 103º Asamblea Plenaria del Episcopado Argentino, que se viene realizando desde el lunes 23 de abril, los obispos participantes celebraron una misa de acción de gracias con motivo de los 25 años de la segunda visita de Juan Pablo II a la Argentina.
En 1987, durante la semana que se inició el lunes 6 y concluyó el domingo 12 de abril (Domingo de Ramos), la Argentina vivió uno de los acontecimientos más trascendentales de su historia religiosa: la segunda visita del Papa Juan Pablo II, que como maestro de la fe efectuó un recorrido por el país que abarcó 10 ciudades: Buenos Aires, Bahía Blanca, Viedma, Mendoza, Córdoba, Tucumán, Salta, Corrientes, Paraná y Rosario.
“La visita del Beato Juan Pablo II a nuestro país fue una gracia singular”, manifestó monseñor Héctor Luis Villalba, arzobispo emérito de Tucumán, al comienzo de la homilía.
El prelado recordó que su paso dejó una huella profunda “el Papa vino a la Argentina para darnos nuevos motivos de esperanza. Descubrimos sus gestos de delicadeza y recibimos el testimonio del Papa orante. Una oración constante, una oración que contagia”.
El pastor tucumano resaltó que Juan Pablo II se dirigió a los obispos y les dijo: “Quiero recordaros, en nombre del Señor, algo que está muy dentro de vuestro corazón sacerdotal: el presente y el futuro de la evangelización de Argentina está en vuestras manos”.
Como conclusión, monseñor Villalba recordó el domingo de Pascua de 2005 cuando “el papa Juan Pablo II se asomó a la ventana de su escritorio en la Plaza San Pedro e impartió, por última vez, su bendición. Pidamos ahora, asomado a la ventana de la casa del Padre nos bendiga desde el cielo”.+