En un texto difundido recientemente las pastorales Aborigen y Social de la diócesis de Comodoro Rivadavia difundieron un comunicado en el cual expresan su punto de vista.
En un texto difundido recientemente las pastorales Aborigen y Social de la diócesis de Comodoro Rivadavia difundieron un comunicado en el cual expresan su punto de vista respecto del proyecto para extracción de minerales presentado recientemente por el Ejecutivo provincial.
En la misiva destacan que “Como Iglesia chubutense, junto a otros actores sociales con los que compartimos el mismo espacio de ciudadanía, somos partícipes desde hace años de la misma honda preocupación acerca de la política extractiva en nuestra provincia. Esta voz se ha mezclado e integrado con otras voces que sienten la misma inquietud y tienen los mismos anhelos de un desarrollo que sea humano, integral, solidario y sostenible para los pobladores de nuestra provincia. Y desde nuestra visión tanto cristiana como ciudadana, abordamos este desafío que trasciende lo exclusivamente religioso, para buscar de abordarlo de manera integral. Ningún aspecto puede quedar fuera, ya que afecta a todas las dimensiones del ser humano.”
Por otra parte, y en otro de sus párrafos, el extenso comunicado llama a la reflexión sobre la necesidad de“plantear de un modo integral y desde otro paradigma” la cuestión de la megaminería para que no sólo sean tomadas en cuenta las cuestiones económicas sino también aquellas que tienen que ver con el medio ambiente.
Además hacen especial mención a los derechos de las comunidades recalcando que son afectados directamente “alterando su hábitat y poniendo en riesgo la base de su subsistencia centrada centrada en la ganadería ovina y caprina, agrediendo su cultura caracterizada por el amor a la madre tierra como fuente de alimento, casa común y altar del compartir humano”.
Más adelante el documento insiste en que no se puede “seguir esgrimiendo la idea de progreso y desarrollo en desmedro del agotamiento de los recursos humanos y naturales.”
Y concluye sosteniendo que el pueblo hoy tiene “una oportunidad (…) de pensar en un gran proyecto cultural” que puede conducir a “una interpelación ética frente a la crisis de valores de nuestra cultura moderna”.
