María nos asistirá, sostendrá y no nos abandonará, confió el arzobispo de Rosario

La parroquia Nuestra Señora de Lourdes se convirtió el martes en el centro de peregrinación de los fieles rosarinos, que llegaron en distintas horas de la jornada hasta el templo de la calle Santiago 1169 para rendir honores la Virgen María como patrona de los enfermos, en alguna de las misas que se sucedieron desde el amanecer y hasta las 20, cuando se desarrolló la celebración central, presidida por el arzobispo José Luis Mollaghan.

El arzobispo de Rosario indicó que el evangelio de las bodas de Caná, proclamado en la celebración, muestra que la Madre de Jesús es de tal importancia, que sin ella no se hubiera producido el milagro, y destacó su papel de medianera de las gracias: “Ella está allí intercediendo por los novios, que ya no tenían vino para los invitados; y también estará cuando llegue la hora decisiva de su Hijo; y cuando llegue la pasión, allí también estará María junto a la cruz; y se alegrará en su resurrección”.

Monseñor Mollaghan también explicó que María se presentó en Lourdes a santa Bernardita Soubirous como la madre que ruega por sus hijos y que los guía hacia el encuentro con Jesús, proponiendo un camino de penitencia y de humildad. También lleva a posar la mirada en la cruz, indicó, puesto que es un requisito fundamental para alcanzar la vida eterna, explicitado en el espíritu de las bienaventuranzas.

“El mensaje de la Virgen es igualmente una escuela de oración, invitándonos a rezar el Rosario, repasando los misterios de su Hijo, que reflejan el camino de la salvación”, manifestó el prelado, quien llamó de este modo a dar una respuesta de fe: “La fe en el Dios bueno que en nosotros se convierte en bondad, la fe en Cristo Crucificado que se convierte en fuerza para amar hasta el final y hasta a los mismos enemigos. Y la prueba de la fe auténtica en Cristo es el don de sí, y el difundirse de ese amor por el prójimo”.

El arzobispo aseguró que en Lourdes los enfermos encuentran el sentido cristiano de sus sufrimientos, la paz del amor de Dios y la atención a los hermanos.

También hubo un llamado a confiar en la intercesión de María, que se entregó como servidora del amor de Dios y es Madre de todos los enfermos y todos los que sufren. “En este día podemos recurrir confiados a Ella con filial devoción, seguros de que nos asistirá, nos sostendrá y no nos abandonará”, confió.

Monseñor Mollaghan concluyó alentando a que haya más voluntarios de la Pastoral de la Salud en las comunidades parroquiales, que puedan actualizar el mensaje de la misericordia, que visiten enfermos y que los preparen para recibir los sacramentos.

Pese a la inclemencia del tiempo numerosos fieles se congregaron con devoción en la parroquia, y se unieron a la procesión y a la adoración final con el Santísimo Sacramento. También en otras capillas de la arquidiócesis se celebró esta advocación mariana, como en las localidades de Serodino y Casilda, con devota concurrencia.+

María nos asistirá, sostendrá y no nos abandonará, confió el arzobispo de Rosario

María nos asistirá, sostendrá y no nos abandonará, confió el arzobispo de Rosario