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Aliento de Mons. Zanchetta a los jóvenes con inquietudes vocacionales |
Aliento de Mons. Zanchetta a los jóvenes con inquietudes vocacionalesThu, 15 May 2014 05:01:00
El obispo de Orán, monseñor Gustavo Zanchetta, alentó a los jóvenes a ser generosos con la ofrenda de la propia vida si Dios los llama al sacerdocio o la vida consagrada, durante la celebración de la Jornada Diocesana de Oración por las Vocaciones. “Servir al Señor vale la pena… ¡y se puede ser muy feliz donándole la vida para que Él haga lo que quiera!”, aseguró.
Jóvenes, seminaristas, diáconos y sacerdotes de la diócesis de Orán se congregaron el sábado 10 de mayo en la ciudad de Tartagal, en el norte de la provincia de Salta, para celebrar la Jornada Diocesana de Oración por las Vocaciones.
En el marco del encuentro, se leyó un mensaje del obispo diocesano, monseñor Gustavo Zanchetta, quien no pudo estar presente debido a su asistencia a la misa de ordenación episcopal del obispo prelado de Cafayate, monseñor José Demetrio Jiménez OSA.
El prelado invitó a los congregados a tomar conciencia de que la vocación “es un fruto que madura en el campo bien cultivado del amor recíproco, que se hace servicio mutuo, en el contexto de una auténtica vida eclesial”, según expresó el Santo Padre en su mensaje para esta jornada de oración que se celebra en todo el mundo durante el cuarto domingo de Pascua.
“Deseo vivamente que el evangelio del Buen Pastor los movilice a dar la vida como Jesús, siendo valientes para animarse a decir, como el profeta Jeremías, «Me has seducido Señor, y yo me dejé seducir; has sido más fuerte que yo, me has podido»”, expresó el obispo.
Monseñor Zanchetta alentó a los jóvenes a ser generosos con la ofrenda de la propia vida y ser “los brazos y los pies de Jesús en esta bendita tierra de la Nueva Orán”.
“A quienes se sienten llamados al sacerdocio o a la vida consagrada, les digo: no duden un instante y ¡díganle sí a Aquel que los ama entrañablemente y los quiere como testigos, felices y comprometidos, especialmente con los más pobres y débiles de nuestro pueblo!”, expresó en su misiva.
“Servir al Señor vale la pena… ¡y se puede ser muy feliz donándole la vida para que Él haga lo que quiera!”, concluyó.+
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