Portada
Vaticano
Realidades Eclesiales
Iglesia en España
Iglesia en América
Iglesia resto del mundo
Cultura
Sociedad

·Homilia Dominical
·Hablan los Obispos
·Fe y Razón
·Reflexion en libertad
·Colaboraciones



 
 

 

 

 

 
Mar 2024
MoTuWeThFrSaSu
        1 2 3
4 5 6 7 8 9 10
11 12 13 14 15 16 17
18 19 20 21 22 23 24
25 26 27 28 29 30 31

   


www
Portada:: Reflexión en libertad:: FALSAS EXPECTATIVAS

5 / 5 (1 Votos)




FALSAS EXPECTATIVAS

Tue, 15 Nov 2016 21:16:00
 
Antonio Javier Denis Persiva

Después de darle a leer mi último artículo a un amigo me comentó: ¡Caramba! Has hecho una disección, el artículo está bien, pero a mi me gustan más los cortos, con comentarios claros y contundentes, esos que salen del corazón. Como esas historias que te llegan al corazón, que cubren las expectativas que anhela nuestro interior. A raíz de este comentario me vinieron a la cabeza tantos proyectos que comenzamos con un exceso de expectativas, expectativas de felicidad, de perfección, de culminación de ilusiones frustradas. Pero en nuestras limitaciones y restricciones no cogemos el camino correcto, no utilizamos bien nuestras bazas, no jugamos bien las cartas que tenemos.

                Pero el error está en el planteamiento, esperamos, planificamos nuestras tareas y proyectos como si ellos mismos nos fuesen a dar la vida. Los elevamos a una especie de ídolos. Esperamos un día perfecto, un viaje precioso, un encuentro maravilloso, un trabajo irreprochable y ocurren dos cosas, que las expectativas muy pocas veces se cumplen y si se cumplen muy pocas veces nos dejan satisfechos.

                La verdadera felicidad, la seguridad real y definitiva está dentro de nosotros. Estamos hechos a semejanza de Dios. Estamos hechos de su Amor. En nosotros se encuentra la armonía de Dios, pero estamos alejados de ella por nuestro pecado original, por nuestra incapacidad de amar. Es un proceso que se repite en cada hombre. La armonía de Dios se rompe y la armonía del paraíso se destruye. La desnudez del prójimo nos escandaliza, como ocurría en el cuento del paraíso cuando Adán y Eva fueron expulsados del jardín. Dentro del paraíso la realidad del hermano, sus defectos son vistos desde el amor y desde esta perspectiva se convierten en armonía y en paz, haciendo que incluso se transforme. Es la siempre y tan recurrida dignidad humana, utilizada siempre a conveniencia. Utilizada erróneamente al servicio de nuestro egoísmo. Sin embargo, esta dignidad profunda, utilizada de forma correcta, es la que cambia el mundo, es la que devuelve la paz en la guerra, la que pone alegría donde hay tristeza, la que perdona en la ofensa, la que espera en la desesperanza, la que une en la separación, en definitiva la que transforma el odio en AMOR y las tinieblas en LUZ. Como en la oración de San Francisco en la que, el Santo, conocedor de sus limitaciones, de su pecado, le pide a Dios que pueda transformar el mundo de esa forma (“…donde haya odio, ponga yo amor,…” de la Oración de San Francisco).

                La verdadera felicidad está dentro de nosotros, en nuestra imagen divina, por lo tanto para reorientar nuestras expectativas debemos orientarlas hacia nuestro corazón, y más concretamente hacia Dios. El resto debe ser accesorio, anexo, transitorio y secundario.

                Esto también ocurre con las expectativas más mundanas. Esas falsas expectativas se vuelven limitadoras y coartadoras de los planes y proyectos. Por ejemplo, esperamos un viaje perfecto y queremos verlo todo, llegar a todo, entrar en todos los museos o lugares emblemáticos. Si lo conseguimos, podemos acabar estresados, por el exceso de información, por el exceso de ajetreo, provocando un efecto contrario al buscado, bien en forma de cansancio incómodo o de irritación fastidiosa. También, al intentar llegar a todo, y darse cuenta que no se puede, se acaba defraudado y molesto. O también, ante una agenda imposible de cumplir, se rompe toda la planificación, anulando el viaje programado.

                Lo mismo ocurre con cualquier otra cosa. La perfección inalcanzable puede provocar sentirse estresado, defraudado, engañado o cuando las expectativas han sido muy grandes, abortando el evento esperado.

                Por lo tanto ya lo sabes, la expectativa verdadera está dentro de tu corazón, no en el fruto del pecado original, sino en la creatura de Dios. En el amor que hay en tu corazón, imagen del mismo Dios. No te agotes ni entretengas en planificar falsas expectativas de felicidad en proyectos mundanos y planes triviales. Los planes realistas, sensatos y equilibrados no son, en sí, malos. Pero siempre, en cualquier empresa, en cualquier intención y propósito, ten presente una seguridad, la verdadera felicidad está en el Amor de Dios. Este Amor le da a tu dignidad la verdadera expectativa de Felicidad y plenitud.







Nombre:
Email:
Titulo:
Comentario:




SI QUIERES COLABORAR CON CAMINEO.INFO PULSA DONAR

Preview Chanel Preview Chanel
Camineo.info 2004-2015

PHPCow news publishing script, content management system Review www.camineo.info on alexa.com