Conspiración contra el Papa

Recientemente los titulares de algunos periódicos recogen las declaraciones de algunos prelados que preconizan la desobediencia al papa Francisco por haber abierto la posibilidad de la comunión para los divorciados vueltos a casar. Se trata de una campaña de difamación semejante a la emprendida por el Cardenal Vigano hace poco y que está provocada, a mi entender, no por los comentarios del papa acerca de los divorciados, sino por sus más bien moderadas y plenamente justificadas críticas a la avaricia inmunda y el obsceno afán de poder de algunos líderes del nuevo orden mundial, que se hacen llamar capitalistas (o neo liberales) y que en realidad promueven un régimen muy distinto que no tiene nada que ver con el capitalismo ni mucho menos con el liberalismo, y sí mucho con el fascismo y el satanismo (que son la misma cosa). No son las leyes del capitalismo las que les han permitido hacerse con el 99 por ciento de la riqueza del mundo -y aún quieren más-, sino la corrupción y el fraude a una escala gigantesca y que no tiene precedentes en toda la historia de Oriente o de Occidente.

Las críticas que algunos hacemos a los líderes de occidente (y digo de occidente porque son los que acaparan todo el poder de momento (junto a algunos principados árabes) no están basadas en los principios del socialismo o el comunismo, muerto y desacreditado hace ya mucho tiempo, y con cuyo espantajo y su ridículo fantasma algunos potentados fascistas o nazis quieren intimidar a la gente y proseguir con su campaña de extermino y de saqueo de las arcas públicas de todos los estados del mundo (como si su tiranía no fuera tan mala o mucho peor que la de algunos tiranos comunistas de infausta memoria – es decir: la misma que a ellos les aguarda-), sino en los más básicos principios éticos que constituyen los fundamentos del código moral de cualquier civilización que se precie y que implican o deberían implicar el rechazo de la estafa, la mentira, el fraude y el asesinado de seres desarmados e indefensos, a menudo de la manera más cobarde: por medio de drones, o sea de máquinas que como ellos carecen de alma porque la perdieron hace mucho tiempo. Y supongo que no es necesario que les recuerde los mandamientos de las tablas de la ley, entre los cuales se cuenta el no robarás o no matarás o no mentirás; mandamientos que infringen muchos líderes occidentales que trabajan para ONU o trabajan para el gobierno de Estados Unidos o la Unión Europea cada vez que se sientan en sus escaños o sus consejos o hablan para los medios.

Está claro que la desintegración de la Unión Soviética llevó aparejado el descrédito del ideal comunista, ideal que yo no comparto, pero que al menos no preconizaba el enriquecimiento personal sin limites como único principio sacrosanto, el mismo que preconizan y defienden sin vergüenza ninguna algunos potentados en todo tipo de foros, algunos de ellos, supuestamente cristianos.

Un ideal que es muy probable que resucite si la iglesia cristiana no defiende los principios de justicia social implícitos en los Evangelios y que no tienen nada que ver con el materialismo, dialéctico, científico o del tipo que sea.

Algunos hablan de que su Santidad se deja llevar por el espíritu de los tiempos. ¿Se refieren al materialismo racionalista que niega los presupuestos y la cosmovisión cristiana que se desprende del credo que algunos profesamos? Debo decir que no veo a demasiados cristianos defender valientemente su Credo contra el materialismo racionalista imperante que es la mayor amenaza que enfrenta actualmente el cristianismo (aparte de algunas sectas heréticas que operan en la sombra y a las que me referiré más tarde), y no tanto la conducta más o menos inmoral de algunos (en gran medida inevitable). Me refiero, por supuesto, a la creencia en el más allá, en el Juicio Final, en la existencia de los ángeles y los demonios, en la resurrección de la carne... En suma: en todo lo que constituye el credo cristiano y que escandaliza a los materialistas y los racionalistas. Y muchos no lo defienden por el más ridículo de los miedos: el miedo al ridículo. El racionalismo materialista pasará, pero la palabra de Dios (que hay que predicar con sin miedo) no pasará. En es ese aspecto donde debemos mostrarnos intransigentes con el “espíritu del tiempo”.

A mí el relativismo moral que me preocupa es el que permite a ciertos cristianos o que se dicen tales echar mano de la bolsa de criminales implicados en el tráfico de drogas (como Hashim Thaçi, primer ministro de la república de Kosovo y traficante de drogas y órganos humanos cuyo gobierno tiene aterrorizados a los cristianos ortodoxos de dicha república y está respaldado por la OTAN y la misión de la ONU en Kosovo) con cuyo dinero se financian guerras que destruyen países enteros.

Yo y otros como yo sabemos que muchos de los que atacan al papa Francisco están respaldados por grupos financieros y políticos norte americanos, israelíes y saudíes que están implicados, según numerosos expertos en tragedias como el ataque al World Trade Center (que se atribuyó falsamente a Bin Laden) y que financian a los terroristas que dicen combatir, (quien desee más información al respecto no tiene más que leer el libro recientemente publicado “9/11 unmasked: an international review panel investigation” que está siendo censurado por Amazon, por cierto, en un intento vano de sabotear su distribución) , que provocaron la crisis mundial con su prácticas fraudulentas, y que están a punto de desencadenar una nueva guerra mundial en su obsceno afán de poder sin límites y de dominación mundial

Financieros como algunos que detentan cargos en instituciones como Goldman Sachs que han hundido a pueblos como el griego en la miseria y quieren hacer lo mismo con el resto de naciones de la tierra .

Grupos respaldados por sectas heréticas como la de lo dispensacionalistas, que se presentan como amigos de los judíos, pero que en el fondo son profundamente anti semitas y maquinan de forma delirante para que se reconstruya el templo judío en la plaza de las mezquitas para precipitar el Apocalipsis y la Segunda venida de Jesucristo (alguien debería advertirles que nadie que siembre el odio y la destrucción entre los pueblos o que sea responsable de genocidios como el del pueblo palestino por parte del gobierno israelí puede entrar en el reino de Dios) o los representantes del “reconstrucionism”, (estoy pensando en instituciones como American Vision o Chalcedon Foundation) que tienen la osadía de defender que el Cristianismo justifica que se implante de nuevo la ley mosaica o que se vuelva a instaurar la esclavitud en el mundo (eso es lo ellos pretenden y están consiguiendo: convertir en esclavos suyos al 99% de la población mundial), y cuyo referente no es, desde luego, Jesucristo sino el mismo Anticristo. La influencia que estos grupos minoritarios tienen en los muchos líderes actuales de Norte América es inmensa y no puede producir en cualquier persona sensata, ya sea cristiana o no, más que indignación y espanto.

Son todos ellos grupos de presión que pretenden comprar y silenciar con su dinero manchado de sangre a la Iglesia de Jesucristo y que constituyen la mayor amenaza para la humanidad de todos los tiempos.