CAMINEO.INFO.-
En la era de la información y de
la comunicación… ¿quién no comenta, conversa, discute, “tuitea”, “chatea”…, la actualidad
que nos rodea…?
Pero, casi siempre, con un
profundo pesar en las palabras por la situación política, social, sanitaria, familiar
y personal…, pues lo vivido o lo que nos toca vivir en cada momento casi nunca
responde a las expectativas deseadas: en la sociedad, ¡Cuántas utopías, cuántos
falsos mesías, cuántas promesas rotas, cuántos engaños, cuántos paraísos ficticios,
cuantas esperanzas rotas!..., pero
también en tu propia vida, ¡cuántos proyectos frustrados, cuántas quimeras vacías,
cuántas palabras huecas, cuántos desengaños y fracasos, cuantas heridas…!,
¡…cuánta resignación ante la
vida!!!
“¡¡¡…nosotros esperábamos!!!” ¿Es
que no existen palabras verdaderas…?, ¿son todas ficticias, dudosas, engañosas…?,
¿es que no existe la vida… la Vida verdadera, sin resignación, sin tedio, vivida
a pleno pulmón…?
Cristo hoy se acerca a tu vera, aunque no lo reconozcas,
se hace el encontradizo, camina a tu lado, entra en la historia de tu vida, aun cuando puedas ir
por el camino errado o en dirección opuesta a la correcta. Cristo camina
contigo, no le asusta tu historia, tus veleidades, tus justificaciones, tus
palabras vacías…, camina contigo, no le arredra tus miedos, tus pecados,
traiciones y cobardías… ¿por qué huyes, de qué huyes…? El camina contigo,
escucha tus razonamientos, tus quejas, frustraciones y desatinos…, transita
contigo, respeta tu camino, junto a ti vive tu historia, te escucha, está
siempre a tu lado, contigo…
Y cuando, por fin callas, te
habla el que es la Palabra, a través quizá, de tu padre, de un cura, de un
hermano, de un compañero o de un amigo, de alguien que te quiere, que te
corrige y cariñosamente te dice: Pero, ¡qué poco perspicaz eres para entender
las Escrituras!, ¡qué poco “vivo” para entender tu historia y tu vida…!
Y empezando desde antaño, allá en
el corazón de Dios, te habla de tus antepasados, de tus padres o abuelos…,
continuando por tus maestros, amigos, te habla de tu infancia y juventud, de
tantos y tantos que te has encontrado en el camino, que te han ayudado y te han
querido…, de corazón a corazón te habla de cada capítulo de tu historia, de tus
triunfos y fracasos, de tus aciertos y yerros, de tus bondades y pecados… y te
va explicando todo lo referente a tu vida, y de todo lo pensado y escrito en el
corazón de Dios para que tengas vida…! Cómo gusta de tus triunfos… y cómo sufre
y respeta tu libertad aún cuando te dañas…, cómo te espera con paciencia…,
siempre a tu ritmo…, y cómo te alienta suavemente a caminar en cada momento de
dudas, de miedos, de dolor o sufrimiento…!
¿No es acaso necesario sufrir
para que se dé la vida, no es acaso necesario el invierno para que vuelva la
primavera, el temporal y la tormenta para disfrutar de la calma, la lluvia para
que surja la vida, la noche para que nazca el día…? ¡Cuánto amor hay
encerrado en cada capítulo de tu
historia que permanece oculto a tus ojos esperando a tu sorpresa, cuanto amor auténtico
por descubrir, aún por gustar y vivir…?
¿Cuánto sufrimiento, cuántos desvelos de Dios hasta encontrarse contigo…?
Y Jesús camina a tu lado, habla
contigo, dando luz y sentido a cada paso del camino, no hay ni un solo paso que
él no esté presente, ni uno solo que no conduzca a la Vida, ni un instante de
descuido, de olvido…!!!
En cada paso Cristo te habla,
camina contigo, te seduce, se hace tu amigo, … hasta que por fin sientes que alguien
te entiende, que no te exige, que te sientes querido, y así sientes la necesidad y la urgencia de su presencia… Por
favor, ¡quédate conmigo…!: Y por fin…, has
encontrado al Amigo…
Contigo todo tiene sentido,
¡quédate conmigo!, ven a mi casa, preparemos la mesa, hagamos fiesta… Ha brotado
entonces de la nada la gratitud, la Acción de Gracias…, y de nuevo e insistentemente,
¡quédate conmigo! Y tras la súplica, la Acción de Gracias. Solo en la Acción de
Gracias, en la gratitud, con la Gracia, Jesucristo se hace presente en su pleno esplendor y es posible
reconocerle. Dar gracias, bendecir a Dios en la historia, en tu historia,
exultar, alabar, adorar…, en la intimidad de nuestra casa… ¡¡¡es el Cielo en la tierra…!!!
“Entonces se le abrieron los
ojos… ¿no ardía nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino…?”
Es aquí cuando se experimenta el
cielo, y desaparece la resignación, el tedio y la apatía…, solo desde aquí es
posible la misión, solo desde la gratitud es posible vivir la vida en la
dirección correcta, de vuelta a la comunidad, a la Iglesia, a la casa del
Padre, corriendo, saltando de alegría, sin exigencia, es lo natural… y lo
sobrenatural, corriendo, sin esfuerzo…, solo así es posible la vida en
plenitud, sin frustración, y a pleno pulmón… y solo así es posible la misión…:
“Levantándose al momento se
volvieron a Jerusalén”, y lo contaron todo,
entusiasmados:
“¡¡¡ES VERDAD, EL SEÑOR HA RESUCITADO!!!”
…
¡¡¡ES PASCUA…!!! … es la fiesta
de LA VIDA…!!! No es ilusión, no es
fantasía, ha acontecido de veras y nos
hemos encontrado con Él en el camino… ¡es la fiesta de la historia y la historia
se hace fiesta!!!, …Es la fiesta de tu historia, donde tú y Él sois los
protagonistas…
Es tiempo de MISION, es el tiempo del ANUNCIO…:
No me cuentes rollos de teología, no me exijas buen comportamiento, no me pidas
compromisos… Por favor, CUÉNTAME y CUÉNTALE AL MUNDO lo que te ha sucedido “por
el camino”, ¡…el mundo necesita la
sorpresa de la vida…!, cuéntame la belleza de tu historia y lo sorprendente
de cada capítulo de la misma…, cuéntame al fin, cómo ardía tu corazón al
escuchar su Palabra, cómo cautivó tu alma, cómo se abrieron tus ojos y cómo le
reconociste al bendecir y partir el pan
en tu casa!
¡CELEBRAD, CANTAD, CONTAD,
ANUNCIAD…!:
CRSITO HA RESUCITADO…
La HISTORIA se ha iluminado…, ha muerto la resignación y la rutina!
¡CELEBRA LA PASCUA!
¡ANUNCIA LA VIDA!
¡CELEBRA TU VIDA…!