CAMINEO.INFO -Valencia/ESPAÑA- A todos los cristianos nos ha sorprendido la dimisión del Santo Padre Benedicto XVI, en un mundo donde la palabra “dimisión” parece que ha perdido su significado, pero nos encontramos ante no solo una dimisión de un Papa, sino ante una buena acción de humildad, carente en muchos de nuestros políticos españoles que se agarran a la “poltrona” con uñas y dientes.
Ante esa sorpresa, muchos se preguntan el por que de una dimisión de este calado, no solo estamos hablando del Jefe del Estado del Vaticano, sino del Guía espiritual de muchos millones de católicos en el mundo, lo que habla el Santo Padre tiene repercusión mundial con respuestas positivas y negativas.
Podemos tratar y hacernos preguntas sobre la cuestión fundamental de la dimisión, el mismo Padre Lombardi, portavoz de la Santa Sede, comunicó que el Santo Padre no tiene problemas de salud, sino que tiene los achaques propios de una persona de ochenta y cinco años.
Incluso podemos imaginar las luchas de poder que hay en el Colegio Cardenalicio en donde solo son electores a Papa los menores de ochenta años, las guerras o luchas entre los seguidores de los Cardenales Angelo Sodano, (Decano del Colegio Cardenalicio) y Tarcisio Bertone, (Secretario de Estado y Cardenal Camarlengo) para elegir a un Papa de su corriente de pensamiento.
También podemos pensar que la razón fundamental de la dimisión del Papa es por el caso de la filtración de documentos papales a la prensa, en realidad podemos pensar muchas cosas.
Pero lo que en realidad tenemos que tener presente es esa buena acción de humildad de Benedicto XVI, de dar paso a otra persona que tenga no solo el carisma intelectual de nuestro Papa actual, sino también el mensaje fresco, innovador y viajero que tenía Juan Pablo II, en donde Jesucristo, el Hijo de Dios, fuera conocido en cualquier lugar del mundo.
No se trata de la edad del futuro Papa, se trata de llevar la nave de la Iglesia por un camino difícil, los nuevos tiempos urgen de personas valientes que como a ejemplo de Benedicto XVI den un nuevo impulso a la Iglesia Universal.
Les propongo queridos lectores que en nuestras oraciones aparezca este deseo, ésta súplica al Señor, para que nos regale un nuevo Santo Padre cercano a los mas necesitados, y valiente para los jóvenes, que la luz de Cristo quede iluminada por el nuevo Papa, como también hizo Benedicto XVI.
Jorge Facius Redón
Licenciado en Teología