CAMINEO.INFO.- Luján/ARGENTINA.- Fieles de las Iglesias Anglicana, Ortodoxa Griega del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, Católica Apostólica Ortodoxa del Patriarcado de Antioquia, Apostólica Armenia , Siriana de Antioquia, Evangélica Luterana Unida y Católica Romana de ritos Latino y Oriental participaron el sábado 4 de setiembre de la Décima Peregrinación Ecuménica a la basílica de Nuestra Señora de Luján, donde renovaron su compromiso de orar y de trabajar en la búsqueda de la unidad plena y visible de todos los cristianos.
La expresión de fe, que llevó por lema “Le pondrás por nombre Jesús”, salió de la parroquia Inmaculada Concepción, del barrio porteño de Belgrano, después de una celebración de envío presidida por el párroco, presbítero Rafael Morán Díaz, en la que se proclamó el Himno a los Filipenses: “Al nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en el abismo”.
En la abadía benedictina de Jáuregui, después de la oración de silencio se escuchó una reflexión a cargo del abad Fernando Rivas, quien -recorriendo lecturas del Apocalipsis y de la Carta a los Hebreos- habló de la Paideia: “A quien ama el Señor corrige, del Padre que corrige, del Hijo que obedece y crece en sabiduría”, recordó.
También se refirió a cómo en la corrección se descubre y vive la filiación, y concluyó con las palabras de San Agustín: “La gracia es la acción de Dios corrigiendo”.
A continuación los monjes y peregrinos hicieron la oración de la Hora Sexta.
Tras compartir un almuerzo, por la tarde se salió hacia la cripta de la basílica de Luján, donde se rezó el Rosario Ecuménico. Cada misterio incluyó una breve meditación de un ministro de las Iglesias participantes y se rezó el Padre Nuestro en griego, árabe, armenio, alemán, inglés y arameo.
Con una oración por la paz en el mundo y la fecundidad del próximo Sínodo de Medio Oriente, monseñor Charbel Merhi , eparca maronita, impartió la bendición final.
Ya en el templo en honor de la patrona nacional, sacerdotes, pastores y peregrinos ingresaron procesionalmente tras las imágenes e iconos.
La celebración ecuménica de la Palabra fue presidida conforme a la rotación anual por el exarca Víctor Villafañe, de la Iglesia Ortodoxa del Patriarcado de Antioquía, y concelebrada por los ministros presentes.
El archimandrita monseñor Iosif L. Bosch, vicario general Metropolitano de la arquidiócesis Ortodoxa Griega, señaló que “Somos hermanos en el ‘misterio de su Nombre’; somos hermanos en cuanto hemos sido todos sellados con el estigma trinitario; somos hermanos en cuanto somos llamados a reflejar la unidad que existen entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; somos hermanos pues tenemos la misma fe en el Señor Jesús, en su Padre sin principio, y en su Santísimo Espíritu que da la vida y que procede del Padre; somos hermanos a pesar de ser diferentes y diversos; somos hermanos a pesar de todo: de la historia, de los malentendidos, de las diferencias, de las lenguas y culturas, a pesar aún de la tradición, somos hermanos en virtud de Aquel por el cual tomamos nuestro nombre, que es nuestra identidad y nuestra misión”.
“Y hoy hemos venido -indicó- a alabar y a cantar a la Madre de Dios que por orden y revelación de lo alto impone el Nombre al Niño, convirtiéndose así en la primera y más perfecta cristiana. Hoy todos juntos bajo el ejemplo y el paradigma sacro de María nos unimos en oración en la esperanza de que algún día, cuando Dios lo disponga de acuerdo a su arcano designio, celebraremos unidos como en la Iglesia primitiva”.
“El camino de la unión es un don de lo alto y para recorrerlo necesitamos apertura de corazón, comprensión, paciencia, prudencia, y amor, mucho amor. La unión de los cristianos es un proceso, y con buen tino, perseverancia y mucha prudencia, debemos respetar sus fases y tiempos. Su Nombre sacrosanto desde ya nos une”, concluyó.
A continuación se oró por la Iglesia, por su unidad y su paz expresando, junto con Jesús y la Santísima Virgen María: “Padre que todos sean uno para que el mundo crea”.+
