CAMINEO.INFO.- Publicamos el texto íntegro del comunicado emitido por la Comisión Permanente de la Acción Católica General en el XX Aniversario de la firma de la Convención de los Derechos del Niño:
“En 1989 se firmó en la ONU la Convención sobre los Derechos del Niño. Esta fue la culminación de 41 años de trabajo y reflexión, desde aquel 10 de diciembre de 1948 en el que se aprobó la Declaración de los Derechos Humanos, en la que se incluían los de los niños. Este año celebramos su vigésimo cumpleaños; ha pasado tiempo desde aquel día, y podemos decir que han mejorado las cosas, pero también tenemos que ser conscientes de que queda mucho camino por recorrer.
Estamos en la sociedad de los derechos, derechos que tenemos todos y que debemos de exigir, pero todo esto nos lleva también a unos deberes y obligaciones que debemos de asumir. Podríamos recorrer minuciosamente esta declaración y seguro que vendrían a nuestra cabeza muchos ejemplos de niños y niñas a los que no se les están respetando sus derechos. Y deberíamos de preguntarnos ¿qué papel juego yo en esto?
Muchos niños siguen muriendo de hambre en el mundo y nosotros, los habitantes de los países más ricos, seguimos explotando a aquellos que tienen menos recursos. Sigue habiendo niños-soldados que participan en guerras sin tener muy claro por lo que luchan. Y nosotros, en muchas ocasiones, miramos para otro lado. Sabemos de muchos niños que trabajan cosiendo balones, zapatillas. Y así podríamos enumerar un largo etcétera. ¿Cuándo nos tomaremos la lucha contra estas injusticias como una obligación, y nos plantaremos para que todo esto deje de pasar?
No pensemos que ya están cubiertos los derechos de los más pequeños... porque estén escritos en un papel. Cuando no escuchamos a nuestro hijo, cuando no tenemos en cuenta la opinión de nuestro alumno porque no nos gusta, cuando no bajamos al parque con nuestro hijo porque estamos cansados o no nos apetece, estamos -aunque no lo creamos- vulnerando sus derechos.
“El que acoge a un niño como éste en mi nombre, a mí me acoge” (Mt 18,5). El Evangelio es claro, y nosotros, como cristianos debemos de serlo también. La Convención sobre los Derechos del Niño es -y debe seguir siendo- signo de esperanza, signo de que Jesús está entre nosotros. Este aniversario nos debe ayudar a ser más conscientes de que en la construcción del Reino de Dios estamos implicados todos, y no debemos dejar a nadie en el camino”.
