Castellón/ESPAÑA.- La primera jornada de formación sacerdotal de este año, que tuvo lugar en el Seminario Mater Dei este viernes 20 de enero, ha sido un baño de optimismo en el papel y la misión de las parroquias. El ponente era el sacerdote de la Archidiócesis de Madrid, Jesús Higueras, que ejerce su ministerio como párroco de la comunidad de Caná, en Pozuelo de Alacón, donde cada fin de semana se reparten diez mil comuniones entre las seis eucaristías dominicales.
La clave para vivificar las comunidades de creyentes es, según el ponente, pasar de una pastoral de mantenimiento a una misionera, es decir, estar a la escucha de las necesidades de la gente para darles respuesta con creatividad y actitud positiva: “No se ha acabado de ningún modo el protagonismo de las parroquias. Creo que tenemos un papel insubstituible y primordial en la Nueva Evangelización; Y el Papa nos invita a ello”.
Otra de las claves es la sinergia con los diversos movimientos eclesiales, tanto los más tradicionales como las nuevas. En este sentido, Higueras reconoce que, al comenzar su labor para fundar la parroquia de Caná hace 16 años, se planteó qué es lo que estas realidades ofrecen que no se encuentra en las estructuras existentes y que atrae a mucha gente.
Trato personalizado
La respuesta, a parte de una espiritualidad propia, la encontró en el trato personalizado y una pedagogía: “El movimiento aporta sobretodo una atención cuerpo a cuerpo con las personas, conocer a cada uno, hacer un seguimiento… Eso también es necesario en una parroquia. Además ofrecen escuelas de oración en las que enseñan de modo particular a encontrarse con Jesucristo”. Por su parte, lo específico que ofrecen las parroquias es la comunión y pluralidad que enriquece la Iglesia.
Precisamente por esto, todo se juega en la capacidad de construir un proyecto común superando juicios, desconfianzas o mesianismos de un grupo particular. “Mi criterio para acoger a una movimiento es este: no se viene a pescar en la pecera, pero sí a sumar para construir en una comunidad rica y plural” afirma Higueras. El resultado es una parroquia en la que en las misas diarias participan quinientas personas, o que el mismo número, pero básicamente jóvenes, cada semana se reúne para hacer adoración eucarística. También hay iniciación a la fe de niños pequeños, acompañamiento de los padres de catequesis, formación post-matrimonial, grupo de separadas, diversas iniciativas de voluntariado…
Claves de la pastoral juvenil
En su introducción a la jornada, el Obispo, mons. Casimiro López Llorente, resaltó la importancia de estar atentos a los medios para avanzar en la Nueva Evangelización, en particular con los jóvenes. En este sentido, Higueras se refirió a la experiencia de la reciente Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, como un modelo de pastoral juvenil según las pautas expuestas por el Papa: dar experiencias de pluralidad y comunión, la Eucaristía, el voluntariado, la reconciliación y responsabilización, y descubrir la belleza de existir y ser amado.