Pastoral penitenciaria necesita voluntarios

Zamora/ESPAÑA.- El delegado diocesano de Pastoral Penitenciaria y delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Zamora, Antonio J. Martín, presentó el pasado 22 de marzo el trabajo que ha iniciado la Pastoral Penitenciaria en nuestra Diócesis en clara colaboración con el programa de Cárcel de Cáritas que tiene ya un largo recorrido en esta área.

La presentación tuvo lugar en los locales parroquiales de San Lorenzo en Zamora y contó con la presencia del párroco, Jesús Campos, el capellán de la Diócesis de Salamanca en el Centro Penitenciario de Topas, Marcos García, la responsable del programa de Cárcel de Cáritas, Flor de Lis Agudo, y la anterior coordinadora de este programa, Manuela Ruano, quien actualmente se encarga de acompañar a las personas que han estado encarceladas una vez que salen de prisión; así como una veintena de personas pertenecientes a esta parroquia.

El delegado de Cáritas reconoció la necesidad de crear un grupo de voluntariado para reforzar el trabajo de la Pastoral Penitenciaria y del programa de acción social de Cáritas que se centra también en este ámbito. Hay muchos campos de actuación donde se necesitan “voluntarios de todas las edades”.

El voluntariado podría desarrollar su tarea tanto dentro de la cárcel como en el exterior, una vez que los presos inician sus primeras salidas. Dentro del penal colaboran en la realización de talleres lúdicos y formativos, mientras que en el exterior pueden acompañar a los reclusos en sus primeros pasos para la reinserción social.

La puesta en marcha de la Pastoral Penitenciaria en Zamora es una “apuesta” del obispo, quien pretende que la comunidad cristiana sea sensible a la “realidad” de la cárcel, según explicó Antonio J. Martín. Los objetivos específicos que se han marcado para este curso pastoral son: valorar y presentar la Pastoral Penitenciaria en la Diócesis, potenciar la formación de los agentes que intervienen en el Centro Penitenciario de Topas, plantear seriamente el después de la cárcel y prevenir, sobre todo entre los jóvenes, para evitar la prisión.

Los responsables de la Pastoral Penitenciaria pidieron también a los presentes trabajar para eliminar algunos estigmas sociales que complican la reinserción de los presos y también la integración social de sus familias. El delegado recordó que “todos somos hijos de Dios, ellos son nuestros hermanos” y citó el evangelio de Mateo, 25: “estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme”.