Presentación del estudio 'La acción social de las entidades de Iglesia'

Tarragona/ESPAÑA.- ¿Cuál es la realidad de las entidades de Iglesia? ¿Qué aportación hacen a la cohesión social? ¿Cuáles son los principales retos para fortalecer las organizaciones y su acción social? Estas y otras cuestiones se abordaron, el jueves día 3 de abril en el Centro Tarraconense El Seminario, en la presentación de la investigación «La acción social desde las entidades de Iglesia. Su papel en la cohesión social en Cataluña». Una búsqueda que nace de un encargo de la Red de Entidades Sociales de Iglesia al Campus docente San Juan de Dios (UB), la Cátedra de Inclusión Social de la URV y la Fundación Pere Tarrés.

«La primera fase de la investigación ha consistido en un estudio cualitativo llevado a cabo en el año 2013 y que se puede leer en la publicación «La acción social de las entidades de Iglesia» (Ed. Claret). La segunda fase comprenderá el trabajo cuantitativo que según unas primeras extrapolaciones estaríamos hablando de unas 1.000 organizaciones», explicó Marina Aguilar, miembro del equipo de investigación.

El acto contó con la asistencia del Sr. Arzobispo; el director general de Asuntos Religiosos de la Generalitat, Sr. Enrique Vendrell y el presidente de la Red de Entidades Sociales de Iglesia, Sr. Rafael Aguilar.

Comunidades implicadas en el entorno, la persona y la identidad cristiana

Una de las primeras conclusiones extraídas es que detrás de la expresión «Entidades sociales de Iglesia» conviven una gran pluralidad de formas de organizar la acción social a la luz del Evangelio. A pesar de esta pluralidad, según Ángel Belzunegui, miembro del equipo de investigación, «el estudio identifica tres elementos que las caracterizan como es la implicación de la comunidad en el entorno, el apoyo de una comunidad de creyentes que en muchos casos la han hecho nacer y convierten su base social; una acción transformadora que pone el acento en la persona y en su dignidad; y la dimensión espiritual.» «En el contexto de secularización surge la inquietud de que la identidad cristiana y la fidelidad a unos valores espirituales y religiosos no se diluyan», añadió.

El estudio destaca que estas entidades son un complemento al estado del bienestar sobre todo en un momento de descenso de los recursos, por lo tanto, no resulta sencillo medir el volumen económico que estas organizaciones ponen al servicio de las personas. La movilización social, la participación interna, el cuidado de las personas y su crecimiento personal y el servicio de proximidad son algunas de las dimensiones que explican el funcionamiento de estas entidades a la vez que ayudan a identificar los retos a los que deben hacer frente. En este sentido también se destacó la importancia de los voluntarios que son las personas que detectan los nuevos problemas, los reportes a sus entidades y los comunican a la administración.

Al terminar la presentación del estudio hubo una mesa redonda con dos experiencias de acción social de la Iglesia en la archidiócesis como son la Casa Virgen de Misericordia de Reus que atiende a personas con riesgo de exclusión social y los Centros Residenciales de Atención Educativa (CRAE) de la Fundación Casa San José de Tarragona.