Rouco: Con la JMJ de Santiago que presidió Juan Pablo II, se inició una nueva generación de jóvenes para la Iglesia

En su última intervención en el informativo diocesano de COPE antes de emprender su peregrinación a Santiago de Compostela, el Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela, evocó la festividad del apóstol Santiago, en la que había concelebrado en la Eucaristía con motivo de la gran fiesta anual del Patrono de España, según una tradición que se remonta al siglo XVI, instaurada por Felipe IV. Por ello, en España, en el día de la fiesta, los Reyes hacen una ofrenda de sus reinos al Apóstol.

“Normalmente –recordó el cardenal- hacen la ofrenda en persona cuando la fiesta del Apóstol cae en domingo, y se celebra un Año Santo. Esta vez los Reyes la han querido hacer en el primer año después de su coronación, coincidiendo con el primer aniversario del trágico y gravísimo accidente ferroviario de Angrois del año pasado. En cualquier caso, es una excepción la que han hecho los Reyes de España a la hora de presentar la ofrenda al Apóstol, y lo hemos agradecido mucho. En esta jornada, en Santiago, se ha citado un número muy considerable de peregrinos de todo el mundo, por supuesto también españoles y muchos europeos, y de otros continentes. Las fisonomías de las caras y de los tipos los delataban claramente: de Asia, de África, de América, de Oceanía… De nuevo se ha puesto de relieve lo que significa el sepulcro del Apóstol como punto de atracción de las almas, de las personas, desde el punto de vista no sólo cultural y turístico, sino sobre todo desde el punto de vista de la fe para la iglesia en España, en Europa y en el mundo”.

Confirmó monseñor Rouco que cada vez son más los peregrinos que recorren el Camino de Santiago por motivos religiosos. “Eso dicen las estadísticas, que son fiables porque tienen que ver con la entrega de la Compostela a los peregrinos que hacen, por los menos, 100 kilómetros de la peregrinación a pie. Al entregársela, les piden que rellenen una especie de formulario donde precisan cuál ha sido el interés o el motivo que les ha movido a la peregrinación… Y, efectivamente, el motivo religioso predomina claramente. Con todo, también se mezclan, naturalmente, otros motivos. Por esa razón también podríamos hablar del Camino de Santiago como un camino de esperanza para Europa. La II Asamblea del Sínodo de Europa del año 1999 habló del Evangelio de la Esperanza para Europa. El Papa San Juan Pablo II, en la Exhortación post sinodal que recogía las conclusiones de ese Sínodo, en el año 2003, volvía a ofrecer su misión del evangelio de la esperanza para Europa, y no se recata de hacer una descripción del cuadro europeo desde el punto de vista de la fe, de la fidelidad a la fe cristiana, de sus raíces históricas, en parte dramático y en parte esperanzador”.

Para el cardenal, “Europa debe recobrar sus raíces, como el mismo Papa reclamaba a la Europa del año 1982: encuentra tus raíces, sé tú misma, avívalas, encuéntrate de nuevo con el Señor… Lo acentuaba en el año 2003. Y hay que acentuarlo más en el año 2014. Por eso, hay que dar más gracias a Dios por las posibilidades que el Camino de Santiago presenta para ofrecer a Europa, de nuevo, el Evangelio de la Esperanza”.

Preguntado por la JMJ celebrada en Santiago en 1989, aseguró que con ella “se inició una nueva generación de jóvenes en la Iglesia”. “La relación joven-iglesia de los años 70, dijo, había sido en Europa y en España de una gran distancia, al menos desde el punto de vista de lo visible: la manifestación pública de la fe. Probablemente se trataba de un cierto engaño o no comprensión de lo que pasaba en el mundo interior de la juventud de Europa. Pero ese medio millón de jóvenes que acudió al encuentro del Papa del 13 al 20 de agosto de 1989, que culminó con la Vigilia en el Monte del Gozo, y con la gran celebración eucarística del día 20 con el Papa, ciertamente estaban demostrando que había una juventud movida en sus historias personales por la fe en Cristo, y no sólo por una fe tímida, oculta, sino todo lo contrario: una fe que se profesa, que se proclama y se comparte, y que convive en lo que, diríamos con palabras de Benedicto XVI, la plaza pública de la historia”. “Desde entonces, prosiguió, comienza la historia de las Jornadas Mundiales de la Juventud, celebradas en los grandes encuentros cada 3 ó 4 años en distintas ciudades del mundo. En ellas se ha puesto de manifiesto, a través de ese hilo conductor de las JMJ, una juventud católica, que profesa en la comunión de la Iglesia católica, que está presente y actuando en todo el mundo. Es uno de los dones que el Señor concede a la Iglesia a través del ministerio del sucesor de Pedro, del papa San Juan Pablo II, que los demás papas –Benedicto XVI y Francisco- han continuado con ilusión, con vigor y con gozo”.

Concluyó explicando que la víspera había celebrado una Eucaristía en la Catedral de Lugo, con los jóvenes madrileños que iniciaban el Camino de Santiago en una peregrinación organizada por la Delegación de Juventud. “Una Catedral, la de Lugo, que es histórica desde el punto de vista del Camino de Santiago, y que se construye cuando se inicia ese gran período histórico de comienzos del segundo milenio de la peregrinación a Santiago. Tiene una tradición eucarística muy bicentenaria con la exposición del Santísimo Sacramento día y noche. Delante del Señor, hemos invitado a nuestros jóvenes a emprender ese Camino de Santiago como un camino de encuentro con el Señor para descubrir, después, cuál es el plan de Dios para sus vidas y, a través de sus vidas, para el momento actual de la Iglesia, de la sociedad, en Madrid y en España”. Una peregrinación, la de los jóvenes madrileños, que concluirá en Santiago de Compostela “el 5 de agosto, para participar el día 6 en una celebración muy cuidada con motivo del XXV de la IV JMJ del año 1989”.

Rouco: Con la JMJ de Santiago que presidió Juan Pablo II, se inició una nueva generación de jóvenes para la Iglesia

Rouco: Con la JMJ de Santiago que presidió Juan Pablo II, se inició una nueva generación de jóvenes para la Iglesia