CAMINEO.INFO.- Madrid/ESPAÑA.- Antes del Rito de Conclusión de la Misa de beatificación de la Venerable Sierva de María Sor Catalina Irigoyen, presidida por el Cardenal Angelo Amato, el Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela, pronunció unas palabras, después de que lo hiciera la sierva de María, quien intervino para dar las gracias en nombre de la Congregación al legado del Santo Padre por presidir la celebración: “Gracias al Cardenal Amato por presentar a la Beata como modelo a seguir”.
Asimismo, agradeció al Cardenal Rouco por acoger la celebración en Madrid, “donde iniciamos nuestra andadura hace 160 años y donde buscamos nuestra referencia”. PAra el Nuncio, Mons. Renzo Frattini y para D. José Andrés Gallego secretario de Casa Real, también tuvo palabras de cariño así como para las autoridades presentes en la celebración: Don Eduardo de Laiglesia del Rosal, Cónsul General de España en Roma; Dª Belén Prado Sanjurjo, Viceconsejera de Ordenación Sanitaria e Infraestructuras, y numerosos familiares de la nueva beata.
También agradeció a la representante del mundo de la sanidad, pues fue “en el campo de la sanidad donde nuestra hermana hizo muestra de su bondad en los momentos difíciles de las epidemias que asolaron España”. “Gracias a los que nos acompañan compartiendo nuestra alegría que es la de todos, pues la nueva beata nos recuerda la vocación a la santidad a la que estamos llamados todos”.
“Gracias a los familiares por haber sabido guardar la herencia de la fe”, afirmó, y “gracias al Santo Padre: manifieste a Su Santidad que no está solo y que sus palabras y los modelos de santidad que nos propone no caen en el vacío sino que suscitan un compromiso mas sincero de seguir a Cristo. Le ponemos desde hoy de manera especial bajo la protección de la Bata María Catalina”.
Palabras del Cardenal
En su intervención, el Cardenal Rouco habló “de la Alegría por la celebración de esta mañana, alegría que compartimos con ellas, con las Siervas de María, Congregación muy querida en Madrid y en toda España”. Así, recordó que Pablo VI puso su carisma de manifiesto cuando canonizó a su fundadora, Soledad Torres Acosta.
Según expuso el Cardenal, “fueron mis Ángeles de la Guarda en mis años de obispo auxiliar en Santiago de Compostela, años jóvenes, casi diez años. Me une una especial relación con ellas, y también ahora en Madrid”. A su juicio, “esa relación especial la tienen con muchísimos fieles”.
Destacó, igualmente, “su testimonio de caridad que prestan calladamente. Hoy viven la segunda firma de su carisma con la beatificación de esta navarra que vino a Madrid y que se hizo santa en Madrid. Algo tiene que tener que ver con esta iglesia, para que nos acordemos de que ese es nuestro objetivo y fin”.
También el Cardenal agradeció al Santo Padre su presencia por segunda vez -desde la JMJ- en la Catedral, a través de su Delegado, Cardenal Angelo Amato. Así, recordó cuando en la Misa para los Seminaristas proclamó el doctorado de San Juan de Avila.
