CAMINEO.INFO / La hora de Ecuador.- Doña Dorcia Corozo Valdez, de 54 años de edad, tiene 3 hijos: Ketty, de 29 años; César, de 28, y Cecilia, de 20 años, y dos nietos que son su mayor alegría, hijos de su primera hija, quien muy risueña cuenta que sacar a delante a su familia no ha sido fácil, pero le ha permitido que cada uno de ellos se prepare para un mejor futuro.
Es oriunda de la parroquia “Selva Alegre”, del cantón Eloy Alfaro, en el que vivió hasta los 20 años; tiene 7 hermanos: 2 mujeres y 5 varones, y para seguir sus estudios decidió vivir en el cantón Esmeraldas en la casa de una hermana, logrando graduarse como bachiller en Estudios Sociales en el colegio “Tomás Rueda Cháux”.
Toda la responsabilidad
Estuvo casada con César Anangonó Sánchez por más de 15 años, con quien procreó a sus tres hijos, pero una vez que su esposo falleciera tuvo que asumir toda la responsabilidad, por lo que cuando quiso seguir la Universidad no lo pudo hacer, ya que priorizó el estudio de sus hijos.
Enviudó hace más de 14 años, quedando con niños pequeños a su haber, lo que la invadió de muchísima preocupación, pero a la vez las personas que la rodeaban le brindaban las fuerzas necesarias para no dejarse caer, por el dolor, la desesperación y desolación que sentía.
“Con paciencia y esperanza en Dios todopoderoso, la vida me ha sonreído y todo nos está saliendo bien; he recibido muchas bendiciones porque mis hijos han salido adelante, quienes son los que durante todo este tiempo me han dado mucha seguridad”, comentó doña Dorcia.
Su labor
Trabaja desde hace más de 18 años en el área de la cocina preparando con su rico sazón norteño los platos más variados a base de mariscos con condimentos naturales como la chillangua que le da un toque especial y único a la gastronomía esmeraldeña.
Estuvo trabajando por cerca de los 15 años en el “Seminario Diocesano” del Vicariato Apostólico de Esmeraldas, pero luego de que éste se cerrara, pasó al centro “Santa Cruz”, que es una casa de retiro para todo acto eclesiástico y social, donde lleva aproximadamente 6 años prestando sus servicios.
La labor también se centra en el mantenimiento del lugar junto con otra señora, ya que allí trabajan durante la semana de forma regular 10 personas en el área Administrativas, labores que ella desarrolla de lunes a viernes de 08h00 a 17h00, con excepciones de ciertos fines de semanas, cuando hay retiros.
SATISFACCIÓN
El trabajar todos los día es una labor que la llena de satisfacción, porque le permite que su familia cuente con todo lo necesario en educación y manutención.
Su labor se inicia y culmina en su casa ubicada en la calle Imbabura (parte alta), en el barrio conocido como “Boca de Lobo”, donde viven 4 personas, incluida ella. Es parte de la parroquia San José Obrero y es integrante del grupo “Camino neocatecumenal”.
