Reflexión y viencias de la JMJ de un peregrino.

Ahí estuvimos todos, madrugando para dar el desayuno, yéndonos con desconocidos por las calles de Barcelona, y todo esto, que en mi caso lo pude hacer por misericordia de Dios, obtuvo resultados en la misma acogida: escuchar su experiencia, oír sus cantos, ver cómo se esforzaban por entenderse con nosotros aunque no habláramos su idioma… A mí personalmente me emocionó, di un eco en una eucaristía dando gracias a Dios y a los peregrinos, porque a través de ellos experimenté el amor de Dios. He aprendido algunas cosillas de estos días, y creo que las conclusiones que saqué permanecerán en mí toda la vida. A todo esto, se acercaba la fecha de salida a Madrid, y seguíamos enfrascados en la ayuda a los peregrinos de otros países. Pero finalmente tocó nuestro turno, subimos a los autocares y marchamos para la capital de la juventud católica.

Me creé unas expectativas sobre cómo sería: ya había ido a Toronto, Colonia y Sídney y me parecía que Madrid no estaría a la altura. Iba además con otra historia completamente distinta a la del 2008 en Australia: ahora tengo novia, estoy trabajando, y mi fe ha entrado en una concepción más profunda: desde el 9 de febrero, día de mi cumpleaños, estoy rezando laudes por la mañana, y eso da un discernimiento importante, te ayuda a nivel espiritual y humano.

Uno de los principales regalos que me ha dado Dios es ver que "la fe no es fruto del esfuerzo humano, sino de Dios" (fueron palabras del Papa Benedicto XVI en la homilía). Los días previos a Cuatro Vientos predicamos por las calles de Cantalejo, Pedraza y Segovia. Yo que soy un cobarde y que no quería explicar a nadie por qué soy cristiano, al final pude hablar de Dios gracias a los laudes de la mañana con la comunidad, que me ayudaron a ver que jamás estaré preparado para proclamar mi fe, porque como hoy he leído del Papa Gregorio Magno, nadie es digno de evangelizar, solo podemos dejar que Dios inspire en nosotros Su palabra.

Además iba con la obligación de escuchar, porque tenía que entrevistar a alguien para la contraportada de la publicación Catalunya Cristiana y hacer una conexión en directo para RàdioEstel tras la Misa con el Papa. Una semana en comunidad da para mucho, te permite estrechar los lazos de amistad, de manera que ya no te sientes solo en el sufrimiento, porque conoces la historia de los demás, y te das cuenta de que todos los jóvenes tenemos problemas, algunos en ocasiones muy parecidos a los tuyos. La peregrinación me sirvió para volver a tener noticias de una chica con la que salí, y para colmo, el mismo día de la vigilia del Papa mi madrina me llamó porque se imaginó que estaría en Madrid al ver la JMJ por la tele. Me pidió que rezara por ella, porque lo está pasando mal. La verdad es que la fe no aísla, ni te vuelve ajeno a los demás, al contrario, te hace mucho más receptivo, te ayuda a poder atender a la familia o los amigos con libertad. La oración también es un gran vínculo de unión con las personas, incluso con aquellas que ya murieron.

Me resultó muy enriquecedor el discurso del Santo Padre, y descubrí en él una faceta que no había visto antes: es tremendamente cercano a los jóvenes, muy optimista, cariñoso y lo que se vendría llamando un padrazo: reza por nosotros, nos tiene siempre presentes, y nos aconseja como un padre que ama. Realmente quien le tenga tirria a este Papa es porque no le ha escuchado con atención.

Al día siguiente fuimos al encuentro con Kiko Argüello y los iniciadores del Camino Neocatecumenal. Fue otro hombre que me inspiró cariño, porque nos hablaba con muchísima ternura. Siempre me ha parecido un artista un tanto extravagante, y últimamente, desde el viaje a Dusseldorf previo a esta JMJ, lo encuentro cercano, humilde y tocado por Dios. Sobre todo, tocado por Dios. Para hacer este camino de redescubrimiento de la fe hay que haberse fiado mucho de Dios, y con todo el bien que ha hecho, sigue con Carmen y Mario, como tres jóvenes, embarcados en esta aventura.

Se levantaron más de 8000 jóvenes entre chicos y chicas para la vocación religiosa. Yo en esos momentos flotaba. No me lo podía creer. Me encantó lo que dijo Kiko, y me hizo pensar mucho acerca de mi vida, pero el ver tantos chavales dejándolo todo para entregar su vida a Dios me pareció fuera de cualquier lógica. Volvían llorando, y más tarde he podido escuchar sus testimonios: la llamada a menudo llega en una frase que te cambia la vida, en un "¿Por qué no?" después de tantos rechazos a Dios. Nadie está exento de ser cura o monja, ¡pero cuesta tanto de entender! Ahora hay que rezar por todos los jóvenes que fueron a la JMJ, para que se confirme su vocación, para que puedan ver a Dios en su vida. Las tres monjas que entrevisté para el semanario Catalunya Cristiana me dijeron: "Esperamos muchas vocaciones de la JMJ". Yo creo que ya han empezado a florecer, y algunas irán saliendo con el tiempo.

Gracias a camineo.info por darme la oportunidad de compartir con los hermanos mi experiencia de la JMJ.

El autor del articulo y su novia