Portada
Vaticano
Realidades Eclesiales
Iglesia en España
Iglesia en América
Iglesia resto del mundo
Cultura
Sociedad

·Homilia Dominical
·Hablan los Obispos
·Fe y Razón
·Reflexion en libertad
·Colaboraciones



 
 

 

 

 

 
Apr 2024
MoTuWeThFrSaSu
1 2 3 4 5 6 7
8 9 10 11 12 13 14
15 16 17 18 19 20 21
22 23 24 25 26 27 28
29 30          

   


www
Portada:: Colaboraciones:: La Columna:: Ver y Creer, “El día de la santa Cruz”





Ver y Creer, “El día de la santa Cruz”

Fri, 04 May 2012 22:01:00
 

La Iglesia siempre ha sufrido persecuciones; es un hecho contundente del que dan razón dos mil años de historia, como contundente es que ha sido en tiempos de persecución cuando la Iglesia ha crecido en vocaciones y en testimonios heroicos de fidelidad y de amor al Dios de Jesucristo.

La primera de estas persecuciones inició precisamente con la crucifixión de Jesús, luego con el martirio de sus apóstoles y después de los primeros cristianos, seguidos de martirios y matanzas de cristianos en todo el imperio romano.

El primer periodo de paz en la historia de la Iglesia llegó con el año 324 cuando Constantino el Grande se convirtió en emperador de Roma. La mayoría de los historiadores coincide en afirmar que el reinado de Constantino inició el 31 de marzo del año 307, cuando contrajo matrimonio con Fausta, hija delanciano emperador Maximiano, quien le reconoció el nombramiento y título romano de augusto.

Hacia el año 284, el Imperio Romano se dirigía a una estrepitosa caída que le llevaría a la disolución. En los últimos 50 años se habían sucedido 26 emperadores, de los que sólo uno había fallecido de muerte natural. Los persas y los bárbaros hostigaban las fronteras y las pestes, la miseria y la anarquía presagiaban una inminente caída. Pero 46 años después, en el año 330, para la inauguración de Constantinopla, la nueva capital imperial, Constantino había logrado que el Imperio continuara unido y con sus fronteras intactas por los enemigos y totalmente apaciguadas.

A finales del 308 había cinco augustos (los legítimos Galerio y Severo, y los usurpadores Constantino, Majencio y Maximiano) y un solo césar, Maximino Daya. Para hacerse del control del imperio, Constantino tuvo que reforzar su poder en Galia, Britania e Hispania, frenar la invasión de los francos y derrotar a Maximiano en Galia. El 28 de octubre del año 312 tuvo que invadir Italia para derrotar a Majencio, su principal rival, en la batalla del puente Milvio, a las afueras de Roma.

Según la tradición recogida por Eusebio de Nicomedia, el día anterior a la batalla del puente Milvio, Constantino vio en el cielo una cruz con la leyenda In Hoc Signo Vinces (con este signo vencerás). Constantino, que probablemente profesaba una religión solar monoteísta, había mantenido contactos con el cristianismo, así que para conmemorar esta victoria hizo construir en el año 315, en el Foro de Roma, el famoso Arco de Constantino, para conmemorar la victoria sobre Majencio y celebrar así, para siempre, la primera batalla ganada por un emperador romano gracias a la ayuda de Dios, victoria que dejó a Constantino como único emperador de Occidente y como el emperador de mayor rango en Roma.

En el año 313 el emperador promulgó el Edicto de Milán con el que decretaba la libertad de cultos en todo el Imperio. Así reconoció a los cristianos su derecho a creer, a manifestar sus creencias y a celebrar en público la Eucaristía. Además se les restituyeron todos sus bienes.

Para el año 324 Constantino se convirtió en el único emperador de Roma y al año siguiente se inició la construcción, sobre la antigua Bizancio, de la ciudad de Constantinopla. Un año después concedió el título de augusta a Elena, su madre. El 11 de mayo del año 330 inauguró la nueva capital del Imperio, Constantinopla, la ciudad situada en la unión entre Asia y Europa.

Pese a su defensa pública del cristianismo y a su intervención en debates teológicos y en concilios, Constantino nunca había recibido el bautismo. En su lecho de muerte cambió sus ropajes imperiales por la vestidura blanca del neófito y fue bautizado por Eusebio, obispo de Constantinopla.

Aunque el emperador Constantino no ha sido beatificado ni canonizado por la Iglesia, Elena, su madre, sí es considerada una santa. Ella emprendió varias peregrinaciones a Tierra Santa para buscar y rescatar reliquias de la cristiandad, una de ellas, la escalera del palacio de Poncio Pilato, aledaña al pretorio, el sitio en el que Jesús fue juzgado y sentenciado a muerte, pero la reliquia más importante hallada por santa Elena es la cruz en la que murió crucificado el Señor. La cruz fue hallada un día 3 de mayo. Desde entonces esta fecha de cada año celebramos el día de la Santa Cruz.







Nombre:
Email:
Titulo:
Comentario:




SI QUIERES COLABORAR CON CAMINEO.INFO PULSA DONAR

Preview Chanel Preview Chanel
Camineo.info 2004-2015

PHPCow news publishing script, content management system Review www.camineo.info on alexa.com