En su libro "Jesús de Nazaret", Benedicto XVI confiesa que en la década de los años cincuenta "la grieta entre el 'Jesús histórico' y el 'Cristo de la fe' se hizo cada vez más profunda" y que "a ojos vistas se alejaban uno del otro". Luego se plantea "¿qué puede significar la fe en Jesús el Cristo, en Jesús Hijo del Dios vivo, si resulta que el hombre Jesús era tan diferente de como lo presentan los evangelistas y como, partiendo de los Evangelios, lo anuncia la Iglesia?". Esta es la razón por la que Joseph Ratzinger decidió escribir un libro sobre Jesús, todavía siendo cardenal, en el año 2003.
El primer tomo, que va del bautismo de Jesús a su Transfiguración, salió a la luz el día en que Su Santidad cumplió ochenta años de edad, el 16 de abril de 2007. El segundo tomo, que va de la entrada mesiánica a Jerusalén a la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, se presentó el 10 de marzo de 2011. Ahora, el pasado martes 21 de noviembre, se presentó el tercero y último volumen, que lleva por título "La infancia de Jesús". De esta manera, el gran teólogo de los siglos XX y XXI, ha culminado el escrito más novedoso sobre la irrupción de Dios en la historia humana.
El mismo Papa Benedicto introduce su escrito: "Finalmente puedo entregar en las manos de los lectores el pequeño libro desde hace largo tiempo prometido sobre los relatos de la infancia de Jesús", aclara que "no se trata de un tercer volumen, sino de una especie de pequeña 'sala de ingreso' a los dos precedentes tomos sobre la figura y sobre el mensaje de Jesús de Nazaret. Aquí he ahora buscado interpretar, en diálogo con los exégetas del pasado y del presente, aquello que Mateo y Lucas relatan al inicio de sus Evangelios sobre la infancia de Jesús". El libro ha sido publicado por la Librería Editrice Vaticana y Editorial Rizzoli justo en el tiempo de preparación para la Navidad, en diversas lenguas, en 50 países y con un tiraje de más de un millón de ejemplares.
El primer capítulo está dedicado a la genealogía del Salvador en los evangelios de san Mateo y san Lucas a fin de colocar a Jesús en la historia y en su origen verdadero como un nuevo inicio en la historia del mundo. El segundo capítulo explica el anuncio del nacimiento de Juan Bautista y el de Jesús. El tercero se centra en el acontecimiento de Belén y en el contexto histórico del nacimiento de Jesús. El cuarto capítulo esta dedicado a los Reyes Magos y a la huida a Egipto. El epílogo relata los tres días en los que Jesús, a los doce años, se perdió de María y de José para ilustrar a los escribas en el Templo de Jerusalén.
Benedicto XVI explica que "Jesús nació en una época determinable con precisión. Al inicio de la actividad pública de Jesús, Lucas ofrece una vez más una datación detallada y cuidadosa de aquel momento histórico: es el decimoquinto año del imperio de Tiberio César; son mencionados el gobernador romano de aquel año y los tetrarcas de Galilea, de la Iturea y de la Traconítide, como también de la Abilene y después los jefes de los sacerdotes" y afirma que "no nació y apareció en público en el impreciso 'érase una vez' del mito. Él pertenece a un tiempo exactamente fechable y a un ambiente geográfico exactamente indicado: el universal y el concreto se tocan mutuamente. En Él, el Logos, la Razón creadora de todas las cosas, entró en el mundo. El Logos eterno se hizo hombre, y de esto es parte el contexto del lugar y del tiempo. La fe está ligada a esta realidad concreta, aunque después, en virtud de la Resurrección, el espacio temporal y geográfico es superado y el 'preceder en Galilea' de parte del Señor introduce en la amplitud abierta de la entera humanidad".
En referencia a la iconografía cristiana, el Papa explica que "El niño estrechamente envuelto en las fajas aparece como un llamado anticipado a la hora de su muerte" y que el pesebre muestra a "Aquel que se ha indicado a sí mismo como el verdadero pan bajado del cielo, como el verdadero alimento del cual el hombre tiene necesidad para su ser persona humana. Es el alimento que dona al hombre la vida verdadera, aquella eterna".
Con cierta humildad, Benedicto XVI nos invita: "Espero que el pequeño libro, no obstante sus límites, pueda ayudar a muchas personas en su camino hacia y con Jesús".