Luchas en el seno del lobby abortista. Doblez de simpatizante de tratado de la ONU

La agrupación ARROW, con sede en Malasia, defiende políticas feministas en la ONU, entre ellas el acceso al aborto. Duda de los esfuerzos de los países ricos del Norte tendientes a reducir la fecundidad de las mujeres de los países pobres con la excusa de detener el cambio climático. ARROW publicó en Twitter una infografía que muestra que los países con los índices más altos de crecimiento poblacional son también los que tienen los índices más bajos de consumo de energía. Las estrategias para abordar el cambio climático «no deberían desviar la responsabilidad de las emisiones de carbono hacia aquellos que son menos culpables de ellas».

Aunque las feministas y las agrupaciones de control demográfico son las principales defensoras internacionales del aborto, sus móviles divergentes las han puesto desde siempre en desacuerdo entre sí. Los dos bandos crearon una precaria alianza en la Conferencia de la ONU en el Cairo, en 1994, que defendió el derecho de la mujer a determinar el número de hijos y su espaciamiento.

Ahora, mientras la comunidad mundial trabaja para fijar nuevos objetivos para la política ambiental y de desarrollo, comienzan a aparecer nuevamente las fisuras en el lobby de la «salud reproductiva».

En la conferencia Women Deliver celebrada el año pasado en Kuala Lumpur, el polémico profesor de ética Peter Singer postulóque el deseo de las mujeres de tener hijos podría ignorarse a la fuerza para abordar los problemas ambientales.

Singer recibió una fuerte reacción por parte del dr. Babatunde Osotimehin, director del Fondo de Población de la ONU, quien se opuso a «limitar los derechos de las personas de este modo». Señaló que la rápida disminución de la población está dejando países con «más personas de 65 que de 5 años».

Osotimehin dijo que el consumo de recursos, no solo el crecimiento demográfico, repercute en la sostenibilidad ambiental. «Una persona sin hogar en Dinamarca de hecho consume más que una familia de seis miembros en Tanzania».

La campaña de ARROW en los medios sociales se introdujo en este debate mientras la nueva Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente se reúne esta semana en Kenia para abordar el componente de «sostenibilidad» de los próximos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estos reemplazarán a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que vencen en 2015.

El economista Jeffrey Sachs, arquitecto de los ODM y contribuidor clave en el proceso de los ODS, hace poco promocionó la teoría maltusiana de que el excesivo crecimiento demográfico frustra el desarrollo económico. Propuso el objetivo de la ONU en pos de una «rápida reducción voluntaria de la fecundidad» para alcanzar el desarrollo sostenible.

En cambio, ARROW sostiene que relacionar la población con el cambio climático implica que «los países desarrollados pueden estar satisfechos con subvencionar la planificación familiar en los países en desarrollo como estrategia de cambio climático», sacrificando la fertilidad de las mujeres pobres a fin de proteger sus propios niveles altos de consumo.

Aunque las feministas están preocupadas por la meta de reducción poblacional, siguen hablando abiertamente a favor de la legalización del aborto. Pero algunos grupos ecologistas que promueven una población humana más reducida se están apartando de la polémica en torno al aborto.

«El tema del aborto afecta el debate sobre planificación familiar más de lo que debería», dijo Andrew Foster, director del centroPopulation Studies and Training Center, de la Universidad Brown. «Entorpece una discusión más adecuada sobre planificación familiar».

Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano