EMBRIOGÉNESIS Y CRECIMIENTO HUMANO

La vida no es algo abstracto en su realidad humana se nos presenta bajo dos aspectos en su forma temporal y en su otro aspecto sin secuencia de tiempo -lo intemporal-  y así vemos como ésta se da en su manifestación de vida práctica y como se va articulando el crecimiento humano. El ser humano siendo uno y único, para su estudio lo analizamos como alma y cuerpo, como ser interior y ser exterior, como esencia y acto de ser, como inteligencia y voluntad. La vida encarnada en su cuerpo es humana, transcurre en un tiempo de x años, es vida en el acto de ser personal y está abierta al exterior por la libertad personal, que se extiende a la esencia vital humana. La complejidad  del ser humano aún analizando sus rasgos, no debe hacernos perder la comprensión de que es persona única y un ser en relación. La Ciencia y la Filosofía nos puede dar un conocimiento concreto, pero siempre la persona es un más que no es objetivable.

2. Embriogénesis: Un ser humano dice Sí a su vida

El primer eslabón del cuerpo del embrión es el zigoto y tiene vida que recibe de sus progenitores padre/ madre a través de sus células germinales dotando ambos el material genético al 50% de cada uno y constituyendo un nuevo ser humano, el hijo de ambos. Es fácil ver las fases embrionarias, pero este ser humano nuevo, no tendría vida propia si a esta vida donada primariamente por sus padres no es aceptada por parte del hijo dando un si personal a vivir –alma y cuerpo- en el instante mismo que se está dando su creación en la trompa de la madre .Tenemos en ese instante de fecundación un ser personal y así el carácter personal del hijo depende de Dios que lo hace libre y tiene su autonomía propia y ya no es la vida de sus padres. Intrínsecamente vive por decir Si a la vida, con la creación e infusión de su alma personal, que se le está dando y va añadiendo mas vida  por su alma que da la vida al cuerpo y la primera manifestación visible es el zigoto embrionario y primer eslabón corporal ,así el embrión es pura vitalidad, la vida  embrionaria y fetal aspira a  poseer más vida, siendo  este ser viviente valorado en sí mismo y en su crecimiento y desarrollo posterior en secuencias dinámicas  y no de forma estática.

El embrión en origen es la persona humana, el vivir de esta persona humana está en el nivel esencial y su manifestación es el ser humano viviente, con su crecimiento somático, psíquico y espiritual, todo ello desplegado en el proceso de la embriogénesis.

Se va realizando en fases o etapas que marcan cambios temporales y con la segmentación del zigoto- primera célula embrionaria humana- que contiene toda la información genética, se da un proceso rápido de crecimiento, que comienza cuando el zigoto se divide, dando lugar a varias células, que continúan dividiéndose, se organizan en capas diferenciadas hasta constituir el embrión. El zigoto ahora embrión es un ser único, no hay dualidad en el interior del embrión humano, es decir que su vida contenida en el zigoto es parte de la vida germinal regalada de los padres, que fue aceptada por él, para constituirse como ser personal, el embrión añade más vitalidad a través del alimento que recibe de la madre, y crece  por la actividad del alma humana.

 El alma humana es un inductor, que hace que aquella vida germinal donada por los padres no quede estática- sería su muerte incipiente corporal- sino  que vaya creciendo hacia adelante y además con un progresivo desarrollo se va produciendo la diferenciación celular y las células del embrión forman la estructura y funciones especializadas ;dando células nerviosas, células musculares, células de la piel etc, se organizan  en  tejidos, éstos a su vez constituyen los órganos, y la organización de los órganos forma los diferentes sistemas ;nervioso, muscular, circulatorio, respiratorio, etc coordinando lo orgánico y sus diferentes funciones corporales. .El cuerpo humano depende de su alma, con sus facultades orgánicas para el movimiento, vegetativas para la digestión, reproducción, respiración, circulación, además de las facultades que integran un conocimiento sensible, al mezclar sensibilidades a nivel del tálamo con diversas operaciones.

El proceso de formación y desarrollo de la embriogénesis, sigue unas fases temporales. La organización del proceso de desarrollo  es tan preciso que en ello le va la vida al embrión, de tal manera que cualquier alteración en la fase embrionaria o fetal, por virus, bacterias, desorganización o manipulación humana que alteren ese proceso de crecimiento ,da lugar a una malformación en el desarrollo, pudiendo llegar a que el embrión sea inviable. Si se quita la vida de este ser humano en cualquiera de sus fases de desarrollo se interrumpe su proceso de crecimiento y su proyecto futuro.

3. El crecimiento desde el tiempo cero a sumar el tiempo

El embrión en su secuencia temporal, parte de un tiempo cero, pero va empleando el tiempo a su favor, lo necesita para crecer, no desperdicia su tiempo, ese proceso de crecimiento no se da de una sola vez es gradual y progresivo.  Se procede ordenadamente, de acuerdo al programa genético personal, que determina las diferentes fases de desarrollo, y que a su vez procede de forma jerárquica en el sentido de que sólo alcanzando un nivel de crecimiento se hace posible la siguiente etapa más perfeccionada, pero que no es posible sin la fase previa.

La ciencia en sus investigaciones en el código genético  y en la Embriología ha avanzado de una manera vertiginosa y nos aporta unos datos muy claros .Si miramos al planteamiento de Aristóteles, nos da una visión de la actividad del embrión humano por la presencia de un acto formal por el que se articula el proceso, que es el tiempo empleado en la embriogénesis. Ese acto formal es el alma, y Aristóteles sostenía, que el alma es causa y principio del cuerpo viviente. Para Aristóteles el alma es un principio formal.

4. La persona crece con su vida práctica.

La persona después de su embriogénesis sigue su crecimiento, ya tiene una constitución psicosomática, que tiene que desplegarse para aumentar el conocimiento tanto a nivel sensible, como en lo espiritual, que todavía están en estado básico .Este crecimiento es necesario, la persona aprovecha el tiempo, no pasa por la vida inútilmente, no gasta su valioso tiempo, sino que desarrolla su cuerpo, y sus facultades a través del estudio en un proceso de aprendizaje. 

Según  la concepción de Aristóteles la vida humana es “un grado de vida superior”, que supera a la vida vegetativa  y sensitiva, que se da en las plantas y los animales, pero en la persona humana son integradas en un nivel superior, coordinados por el sistema nervioso central  que integra los estímulos vegetativo y sensorial, por lo que éstos, son considerados también niveles de vida humana más básicos y necesarios. Aristóteles descubre en el ser vivo y humano un principio vital o entelequia, que es propia del ser vivo al que él llama alma, que en el ser humano está especificada por su inteligencia, a partir de lo cual es posible el crecimiento y las operaciones intelectuales.

Este despliegue de las actividades propias del ser humano, tanto a nivel vegetativo sensorial e intelectual que llevan a diversas actividades están sostenidas por el alma humana  y así los actos humanos dependen de estas facultades, que se abren en libertad a otros fines.

El ser humano es dinámico, asimila nuevas formas de vida, que le favorecen en su desarrollo y abre su conciencia al futuro. La persona en su vida práctica desarrolla el interés por aquello que le mueve, puede ser en la línea horizontal temporal, agrupándose en la sociedad con los otros, creando diferentes modos  de vivir en su temporalidad, según las oportunidades que se les brindan, desarrollando principios éticos o  se abre a lo trascendente e intemporal y así se despiertan las facultades sensibles y espirituales .Si el dinamismo y sus actividades son continuadas en el tiempo y si además son superadas por una apertura a una actividad  trascendente, ya que en este nivel está su ser personal como la luz de la inteligencia ,el amor, la búsqueda de la inmortalidad, la apertura a la libertad ,lo divino y lo sagrado  de su dignidad personal.  Si la persona se abre a un futuro que no se agota, puede gozar de una vida plena a la  que cada persona está llamada, gracias a su dimensión espiritual.