Carlos Amigo ensalza el efecto de Las Edades como «revulsivo ciudadano»

CAMINEO.INFO.- Valladolid/ESPAÑA.- «Recibamos lo que nos dieron, conservemos lo que hemos recibido y dejemos mejorado aquello de lo que hemos disfrutado». Con esta exhortación animó a la sociedad el cardenal y arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo, a trabajar en pro de la conservación del legado patrimonial. Sus palabras sirvieron para abrir el I Congreso de Estudio y Difusión del Patrimonio Las Edades del Hombre, que reúne en Valladolid a expertos que reflexionan sobre la puesta en valor de templos y piezas artísticas de las diócesis de Castilla y León.

Comenzó su alocución recordando los comienzos de Las Edades del Hombre en 1987, con José Velicia como impulsor de una idea original que cristalizó en sucesivas exposiciones que «han sido como un reactivo para el conocimiento del patrimonio, su utilización pedagógica y su conservación».

Para el prelado, que en varias fases de su intervención dejó constancia de su orgullo por haber nacido en Medina de Rioseco, Las Edades del Hombre «han sido a lo largo de estos años un revulsivo ciudadano con millones de visitas. Cada una de sus ediciones han supuesto prestigio y motivación para cometer otras iniciativas».

A través de la ponencia 'Cristo sufriente en la religiosidad popular franciscana', Carlos Amigo trazó un recorrido por piezas artísticas emblemáticas emplazadas en templos de pequeños pueblos de la región, relacionando su impacto artístico con las emociones y el espíritu religioso que evocan. «Se trata de tallas increíblemente hermosas, cuya fuerza viene de la vida que expresan el barro y la madera, materiales puestos en las manos e inteligencia de los artistas. Pero que no se olvide el motivo fundamental: Se hicieron para honra de Dios y para evangelizar», dijo tras calificar los retablos creados hace siglos como «una especie de 'power point' actual, el libro para los que no sabían leer».

No pasó por alto la contradicción que supone el auge que viven en la actualidad muestras de religiosidad popular como las procesiones de Semana Santa o el poder de convocatoria que ha suscitado la reciente visita del Papa con «los tiempos de secularismo, indiferencia y hasta persecución de lo religioso».

También expresó su convencimiento de que tras las manifestaciones de religiosidad popular se hallan arraigados con fuerza valores sociales. «La religiosidad, sin hombres ni mujeres de fe, es arqueología: En esas imágenes de la Virgen sufriendo está el arraigo familiar. De hecho la fe, la cultura, la familia y el Evangelio aparecen en el rostro de la imagen de la Piedad o la Dolorosa».

Concluyó su intervención destacando que Las Edades «son algo más que una magnífica exposición, son un maravilloso retablo lleno de vida».

Por su parte, el director de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, Enrique Sáiz, destacó que el arte sacro es un componente esencial de la riqueza patrimonial de la comunidad, pues casi un 80% de la misma tiene origen en la religión y el culto. Al hilo de esta apreciación afirmó que Las Edades se han convertido en «marca identitaria de nuestra comunidad. No hay ningún proyecto cultural que haya sido visitado por diez millones de personas en sus sucesivas ediciones».

El alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, subrayó que la continuidad de las Edades a lo largo del tiempo mantiene a las diócesis de Castilla y León a la cabeza de Europa en iniciativas artísticas.Y de la disposición de las diócesis a exhibir sus obras versó la intervención del arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, apelando «a la colaboración de todos» para conservarlas porque no son solo pasado, dijo, «sino presente; es un patrimonio artístico de fe y de piedad que fue costoso crear y costosa es su conservación y exposición».

Este primer congreso, que se celebra durante tres días coincidiendo con la muestra 'Passio' de Medina del Campo y Medina de Rioseco, pretende erigirse en «espacio para la reflexión académica sobre las manifestaciones artísticas vinculadas a la muerte de Cristo».

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