Una Anunciación del convento de San Jerónimo

Pieza del mes de febrero de 2014

Numerosos son los ejemplos que con este tema se han llevado a cabo en las artes plásticas durante siglos, siendo éste el único que se conserva en la Diócesis de Zamora salido de los pinceles de Alonso del Arco (Madrid, 1635-1704). Se trata de una obra firmada y fechada en 1688. De su primera ubicación, documentada en la sala prioral del desaparecido convento de San Jerónimo [1], pasó a la iglesia conventual de la Concepción y, posteriormente al Obispado de Zamora, desde donde se trasladó al Museo Diocesano de la misma ciudad, en una de cuyas salas puede contemplarse actualmente.

Fue Alonso del Arco uno de los muchos pintores del Madrid de Carlos II. Discípulo y colaborador de Antonio de Pereda [2], participó de la corriente barroca de finales del siglo XVII, destacando en el género del retrato [3]. Tan dilatada es su producción, como la geografía por la que se encuentra dispersa, tanto en nuestro país como fuera de sus fronteras [4]. Quizá lo más reseñable de esta figura sea el hecho de haber engrosado la lista de pintores españoles diestros en la técnica del fresco [5].

En el lienzo son visibles algunas notas características de su producción, como la pincelada deshecha, el uso de cortinajes que aportan teatralidad a la escena o el tipo fisionómico de la Virgen, que repite en otras obras como en la Anunciación del Museo Lázaro Galdiano. Cierto descuido en el dibujo, compensado con unas excepcionales dotes para el uso del color –donde azules y carmines destacan en su paleta– conformarían rasgos frecuentes en su estilo, compartidos además por otros coetáneos de la escuela madrileña, como Coello o Escalante. En este caso, como en muchos otros, la participación del taller [6] explica las desigualdades en la calidad apreciables en la obra.

La composición que nos ocupa repite casi con exactitud la obra de Francisco Rizi conservada en el Museo de Arte Nasher, en Durham (EE.UU.) [7], de lo que extraemos que, o bien copia la citada pieza, o ambas se basan en una misma estampa. Este hecho, unido a la inspiración en obras de Pereda, caracterizaban el proceso creativo del artista madrileño [8].

Manuel Benito Ramos

Técnico del Museo Diocesano de Zamora