La otra crisis: Mentalidad estéril y ruin

CAMINEO.INFO.-Se casaron con un solo sueldo y por salvar el negocio familiar se tuvieron que quedar sin luna de miel. Y allí se fueron a vivir, a una casa que era una ruina. Su trabajo a duras penas les daba para comer e ir acomodando su hogar, algo imprescindible para que fuese merecedor de tal nombre.
Pasaron los meses y rechazó una oferta de trabajo inmejorable, pero que supondría el cierre definitivo del negocio familiar, el único de la ciudad que no estaba en manos del hombre más rico de la comarca, el único que trataba con la dignidad merecida a todos aquellos que a él acudían.
Pasaron los meses y su mujer, al anochecer de otro día para olvidar, le dio la gran noticia: ¡échale el lazo a la cigüeña! Sí, una feliz buena nueva que para la inmensa mayoría de nuestra sociedad actual sería un auténtico chorro de agua fría, una desgracia que mermaba aún más la maltrecha economía familiar.
Pasaron los meses y los años, y llegó otro más, y otro y un cuarto. Y el hogar se llenó de luz y de felicidad, algo inexplicable para todas aquellas familias que son incapaces de mirar más allá de uno, dos o ninguno. Porque algunos ni viven ni dejan vivir y les repatea sobremanera que otros sean capaces de ejercitar una generosidad para ellos impracticable e inimaginable.
Sí, todo parece indicar que su conciencia, cada vez que sus ojos contemplan a una familia numerosa, les echa en cara su falta de generosidad, su deseo casi absoluto de bienestar y de tranquilidad, su pensamiento estrecho que ha sido abducido por la esterilidad reinante en esta sociedad del bienestar egocéntrico. Allá cada uno con su conciencia, pero por favor, que dejen en paz a esos padres que están abiertos a la vida, al cumplimiento de la voluntad de Dios, a la felicidad presente y futura de una sociedad sedienta de generosidad, del desprendimiento que sólo nace de las almas grandes y de los corazones enamorados.