La otra crisis: Si todo es verdad, todo es mentira

CAMINEO.INFO.-Algunas personas que proclaman el relativismo como filosofía de vida nos quieren imponer “su” verdad, subjetiva y contradictoria del todo, y que no es otra que afirmar que no existe una verdad objetiva, que cada uno tiene “su” verdad. Pero, entonces… ¿en qué quedamos?
Y esta postura relativista hace temblar los cimientos de la felicidad de nuestros pequeños cuando algún maestro la “sugiere” a sus discentes, pues éstos carecen de una mínima formación para salir al paso de esas “sugerencias” envenenadas y desorientadoras.
El Santo Padre, Benedicto XVI, en su discurso a los profesores universitarios durante la pasada Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, hace referencia a “la verdad” hasta en quince ocasiones y con el artículo determinado por delante. Una Verdad que nos muestra Cristo: nuestra filiación divina y la capacidad de conocer esa realidad que nos llena de esperanza.
Y esta certeza objetiva choca con la postura tibia y subjetiva de los relativistas, de esas personas que han optado por vivir sin comprometerse con nada ni con nadie, sólo con ellas mismas, y que han perdido la vergüenza y la humildad que tanto predican, hasta el extremo de atreverse a negar verdades científicas que no admiten discrepancia alguna. Como, por ejemplo, que desde el mismo momento de la concepción un nuevo ser humano comienza su existencia en el seno materno.
Y así, con un descaro que aterra, se atreverán a decretar que el aborto es un derecho que toda mujer tiene para poner punto y final a su embarazo, pasando por encima del derecho a la vida que tiene todo ser humano, aunque se encuentre en la primera fase de su existencia.
Termino con unos versos de Antonio Machado que más de uno tendría que memorizar con empatía incluida: “¿Tu verdad? No, la Verdad, y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela”. Ahí queda eso.