Un viaje en metro

CAMINEO.INFO.-Llegó el viernes, un día feliz, con el fin de semana a la vuelta de la esquina, para las personas que tienen la suerte de trabajar y un día más para algunos que tienen la desgracia de estar en el paro. Y digo algunos, aunque su número ya se acerca a los cinco millones, porque es bien seguro que la mayoría se han aplicado el consejo de Leopoldo Abadía y “trabajan” ocho horas al día en busca de un empleo.
Pues eso, que llegó el viernes y al metro que me subí para realizar mi visita mensual a la farmacia del hospital. Y otra vez me topé con la triste realidad de la indiferencia, del egocentrismo, de los dedos ágiles para enviar mensajes de móvil y la mente atrofiada para mirar alrededor y darse cuenta de las personas mayores o con niños que aguardan con resignación a que alguno de los jóvenes cansinos les cedan el asiento. Una espera que sólo finaliza cuando el metro llega a la parada pertinente, cuando unos y otros se apean del mismo con el móvil, el carrito o el bastón en la mano.
Llegó el viernes, un día feliz en apariencia, pues es un día menos para que llegue el 20 de noviembre, el día de las elecciones generales. Y tras las votaciones llegará otro viernes, un día feliz para las personas que tengan la suerte de trabajar y un día más para… ¿o es que ya no habrá parado alguno? Y me subiré de nuevo al metro y las señoras mayores, las mujeres embarazadas o con pequeños en brazos sonreirán agradecidas a todos esos jóvenes que les cedieron el asiento sin que nadie se lo pidiese.
Sí, y más aún, pues es bien seguro que a partir de ese día, del 20-N, todas las clínicas abortistas echarán el cierre por reformas, para volver a abrir sus puertas con un look nuevo y una actividad bien distinta. Y no sigo, pues he llegado a mi parada. Creo que me quedé dormido o que soñé despierto, pues la realidad es que mientras cada uno de nosotros no se esfuerce por cambiar, por ser cada día un poco mejor, no habrá nada que hacer. Y mucho menos si el ganador de las próximas elecciones es el señor Rajoy y su tibio equipo de colaboradores. Aquí queda dicho.