La otra crisis: Un chantaje pacífico

CAMINEO.INFO.-La pasión descontrolada puede producir una ceguera extraña, inexistente del todo para aquellos que la sufren y patente para el resto de mortales. Ciega pasión, deseo exasperado, intereses ocultos, rédito político, ignorancia culpable y ambiciones ilícitas en un plato de la balanza. Y en el otro, la sangre de cientos de víctimas, el dolor de otras miles, angustia, mares de lágrimas, miedo, desesperación y la sinrazón de una claudicación que no tiene ni pies ni cabeza.
Terminó esa “conferencia de paz” casi antes de empezar. Más de lo mismo y todo mentira. Porque ETA tiene claro lo que quiere y no va a parar hasta que lo consiga. Porque los supuestos demócratas son sabedores de ello y se han dejado llevar por la ciega pasión. Porque la independencia, la anexión de Navarra y el País Vasco francés, la amnistía para los presos, el olvido “sin rencor”… son moneda de cambio que ETA exige a los supuestos demócratas para dejar de existir sobre el papel, que no sobre el terreno. Chantaje pacífico que busca silenciar la Ley, el Derecho y el sentido común. Ése que algunos han enterrado para poder tragar con unas ruedas de molino que la Historia les echará en cara por siempre.
Paz sin justicia es una falacia que no podemos consentir. Además, tampoco podemos olvidar que existe una condición indispensable para que los terroristas puedan recibir el perdón por parte de las víctimas y de la sociedad española entera: que lo pidan, que estén arrepentidos, que rechacen de forma explícita cualquier tipo de violencia y que deseen de veras ese perdón que llegará de parte de unas víctimas que merecen una justa reparación a tanto mal sufrido. Sí, un perdón justo que es compatible con las condenas carcelarias que dicte el juez, pues sin la penitencia cumplida no hay perdón que valga.