Rajo de Rajoy: Ninguneo a la vida

CAMINEO.INFO. Las Elecciones Generales están a la vuelta de la esquina y son muchos los simpatizantes del Partido Popular que andan nerviosos porque un día dicen una cosa y al día siguiente otra bien distinta. Sí, y hasta el mismísimo Mariano camina por el sendero de la indeterminación, de la tibieza, del no compromiso, del despiste, del interés político que sólo tiene en cuenta el parecer del contrario y sin esperar correspondencia alguna.
Y de esa indeterminación, de ese querer contentar a la mayoría y huir de un extremismo radical se ha contagiado hasta la plataforma cívica “Hazte Oír”, que en un cuestionario que ha preparado para pasársela a los candidatos de diferentes partidos da su brazo a torcer y da por hecho que sólo podemos aspirar a derogar la actual ley del aborto y volver a la anterior. Eso sí, con la aprobación de “las medidas necesarias para evitar los abortos que se cometen en fraude de ley en el supuesto de peligro para la salud psíquica de la madre” y con una oposición firme al “aborto en menores de edad sin consentimiento de los padres”. Así de triste y así de infecciosa es esa tibieza que ningunea la vida del ser humano más inocente que existe.
Porque el señor Rajoy no va a derogar la actual ley del aborto que convierte en derecho el asesinato de niños no nacidos y mucho menos se atreverá con la anterior ley, la que sí que consideraba al aborto como un delito despenalizado sólo en tres supuestos.
Porque a uno no le entra en la cabeza que para el señor Mariano el único problema de la actual ley del aborto sea que las chicas de dieciséis y diecisiete años puedan abortar sin el consentimiento de sus padres. ¿Y qué pasa con los bebés que llevan en sus entrañas? ¿Dejan de serlo porque las chicas vayan de la mano de sus padres al “matadero”?
Porque uno no puede entender que al señor Mariano sólo le preocupe que la píldora abortiva, la llamada “del día después”, se venda sin prescripción médica. ¿Y si tienen receta? ¿Entonces ya no pasa nada porque “es legal” y da igual que el bebé acabe en el fondo de un retrete?
Cuando está en juego la vida de un ser humano, aunque de uno sólo se trate, no hay término medio posible, no hay indeterminación que valga. Porque aquí la excepción rompe la norma. Porque permitir el asesinato en determinados supuestos da a entender que la vida de un ser humano no tiene un valor sagrado. Porque si la vida humana queda minusvalorada podrá ser ninguneada una y otra vez cuando convenga a la mayoría o a los poderosos de turno.
Y otra cosa. Todos aquellos que están a favor del aborto, de forma activa o pasiva, que permiten y aprueban la muerte de otro ser humano cuando convenga, seguro que comprenden y aceptan también que algunos estemos a favor de la pena de muerte… de sus ideas y de sus leyes, y que despreciemos con todas nuestras fuerzas su obra destructora: esa ley del aborto que es la vergüenza del ser humano y la acción más aborrecible que jamás se pudo cometer en la historia de la humanidad.