Rajo de Rajoy: La obsesión por el bienestar

CAMINEO.INFO.-La pasión, también el sectarismo, nos puede jugar una mala pasada y cegar la razón y el entendimiento que de normal rige nuestro comportamiento. Algo de esto les ha ocurrido a los socialistas responsables de fijar el calendario electoral. Vieron en el 20 de noviembre una fecha idónea para volver a enterrar al oponente político, a esa derecha que dicen que aún existe y que, según ellos, se precia de defender valores del humanismo cristiano.
Sí, el 20-N es una fecha maravillosa para volver a sacar el hacha de guerra y movilizar al electorado de izquierdas para que vote en masa, pues para ellos más vale un gobierno malo de los nuestros que otro de los demás; sin importarles lo más mínimo si es mejor o peor. Una fecha maravillosa que les ha amargado el inicio de la campaña electoral… justo el mismo día que se han hecho pública la cifra del número de parados del mes de octubre. ¡Vaya fiasco!
Y ahí tenemos otra vez a Mariano Rajoy que, gracias a esta “casualidad” temporal, se ha visto reforzado en su rincón preferido, el de la economía, el de la defensa del supuesto Estado del bienestar. Y ahí está dale que te dale, dando vueltas y más vueltas al mismo asunto, como si fuera la única y exclusiva causa de esta crisis. No podemos olvidar que la pasión le puede jugar una mala pasada…
Por eso no vendrá mal recordar al señor Mariano unas palabras de los profesores Tomás Alvira y Tomás Melendo, escritas en el año 1979 en su libro “La fe y la formación intelectual”: “Razones de esperanza no faltan. Pero hay que buscarlas siempre en los valores espirituales que la fe ilumina. Encallarse en el progreso material, educar sólo para la prosperidad física, descuidando las dimensiones más profundamente humanas de la persona, conduce inevitablemente a un callejón sin salida. ¿No es ésta, en cierto modo, la causa determinante del otoño de la civilización occidental? (…) Es preciso, para que el peso exuberante del desarrollo material no agoste las virtualidades superiores del espíritu, que la fe ilumine de nuevo hasta los últimos rincones de la actividad de los hombres”. ¡Qué bien nos iría si el señor Rajoy tuviera en cuenta el consejo de estas sabias personas! ¿No lo creen ustedes?