Algunos no se han enterado todavía que nuestra sociedad está necesitada de niños, que España tiene uno de los índices de natalidad más bajos del mundo y que dentro de unos años nuestro actual sistema de pensiones será insostenible.
Pues resulta que el Gobierno valenciano sí fue consciente de ello y por eso sacó en 2009 la Ley de Protección de la Maternidad que, entre otras cosas, consideraba al no nacido como un miembro más de la familia. De ese modo, a la hora de efectuar las gestiones de matriculación escolar, se les podía aplicar la puntuación correspondiente a las familias numerosas.
Como no podía ser de otro modo, la Abogacía del Estado presentó un recurso contra esa resolución. Y ahora el juzgado de lo contencioso-administrativo número 10 de Valencia le ha dado la razón y ha anulado los beneficios que tienen las madres gestantes a la hora de elegir colegio para sus hijos.
Sí, como no podía ser de otro modo. Pues si este Gobierno permite privilegios a un niño no nacido, está dando por sentado que el aborto; esa ley que sostiene también el Gobierno de Rajoy y que permite acabar con la vida de ese niño gestante; es un crimen cierto. No podía ser de otro modo, porque, nos guste o no, hasta en la malicia se busca una congruencia que no deje resquicio alguno a la crítica o a la rectificación. ¡Qué vergüenza y cuánta vileza!