La otra crisis: Escándalo nacionalista

Aquí en Valencia algunos andan la mar de escandalizados. No se explican cómo, con la que está cayendo con esta crisis, se le ha ocurrido al gobierno valenciano legislar en contra de la denominación anti estatutaria de "país valencià". Una denominación usada de forma oficialista por algunos partidos políticos valencianos y también por todos aquellos que anhelan la unificación con Cataluña.

Pues resulta que este escándalo suele ser unidireccional, tal y como se pudo comprobar en mi pueblo, cuando a la corporación municipal del Partido Popular se le ocurrió cambiar de nombre a la "Avinguda del País Valencià". Recogida de firmas, protestas, manifestaciones… y objetivo conseguido. Nuestro Ayuntamiento cedió y ha dejado como estaba el nombre de la susodicha avenida, aunque tal denominación es ilegal e inexistente.

Pues resulta que el teatro de mi pueblo estuvo cerrado durante unos cuantos años porque estaba que se caía. Por fin, hace ya tiempo, cuando era el Partido Socialista el que mandaba, llegaron las esperadas obras de restauración. Unas reformas que superaron con creces el presupuesto inicial y el plazo de fin de obra por falta de fondos. Pese a todas las dificultades, llegó el día de la inauguración, momento ansiado por toda la población y con sorpresa incluida: El teatro había cambiado de nombre.

Así es. Los mismos que ahora han puesto el grito en el cielo por el "atrevimiento denominativo" del Consell, decidieron que el teatro se llamaría "Teatre Municipal". Y la justificación oficial fue que este recinto, originalmente de propiedad privada, había sido comprado y restaurado por el municipio. Una justificación que todavía perdura en estos tiempos "populares". Aunque lo cierto es que algunas malas lenguas y plumas dicen que no, que el verdadero motivo del cambio de denominación fue uno solo: Que se llamaba… ¡"Teatro Español"! ¡Ahí es nada!