La otra crisis: Podemos o más de lo mismo

Ninguna persona tendría que olvidar; y si se dedica a la política, aún menos; aquellos versos de la canción de Laura Pausini que nos advertían de una realidad más que palpable: “No somos ángeles, no nos caímos del cielo…”. No, no somos ángeles y además, estamos hechos todos de la misma pasta, del mismo barro. No, nos caímos del cielo y por eso, si nos dejamos arrastrar por el vicio, somos capaces de cometer la barbaridad más grande que uno se pueda imaginar.

Solemos fijarnos en los defectos del prójimo y olvidamos hacer un examen diario para descubrir si nosotros tenemos esa misma lacra o alguna otra. Y contestamos sin dudarlo que “de ninguna”, si alguien nos pregunta si nos arrepentimos de alguna acción realizada u omitida en el pasado.

Quizá nos falte humildad, que es la verdad, para reconocer que nos hemos equivocado, que hemos cometido una injusticia o que defendemos teoremas que atentan contra la libertad de las personas.

Quizá nos sobre soberbia, ese vicio que nos sitúa siempre por encima de los demás, del bien y del mal, y que nos impide cambiar, pues pensamos que estamos de forma perenne en la verdad, que resultará ser “mi verdad”.

Por eso, cuando algún político va pregonando voz en alto que está moralmente por encima de los demás, que jamás hará esto o aquello, que su propuesta es la única posible o que lo realizado por los demás no vale nada, uno tiene más que claro que ese político no es muy fan de la cantante italiana Laura Pausini. ¿No creen?