Portada
Vaticano
Realidades Eclesiales
Iglesia en España
Iglesia en América
Iglesia resto del mundo
Cultura
Sociedad

·Homilia Dominical
·Hablan los Obispos
·Fe y Razón
·Reflexion en libertad
·Colaboraciones



 
 

 

 

 

 
Apr 2024
MoTuWeThFrSaSu
1 2 3 4 5 6 7
8 9 10 11 12 13 14
15 16 17 18 19 20 21
22 23 24 25 26 27 28
29 30          

   


www
Portada:: Razón y Fe:: Fernando Pascual LC.:: Internet y su influjo


CAMINEO.INFO.-




Internet y su influjo

Fri, 17 Sep 2010 19:01:00
 

CAMINEO.INFO.- El acceso de millones de personas a Internet y a otros instrumentos de comunicación electrónica influye de modo más o menos incisivo en la vida de esas personas y en el modo de organizar la sociedad a distintos niveles (familia, escuela y universidad, trabajo, organización social).

Entre las muchas reflexiones que se pueden hacer sobre el tema, vamos a ayudarnos de una pregunta: ¿cómo influye en los usuarios el acceso (cada vez más fácil y rápido) a Internet y a las nuevas tecnologías informáticas?

En general, las situaciones que permiten realizar con facilidad actividades que resultan agradables o útiles a los seres humanos propician el que tales actividades dejen de ser un deseo para convertirse en realidad. Este breve dato inicial vale para muchos campos: cultural, económico, industrial, militar, político, etc. Vale, sobre todo, en el mundo informático, que ofrece inmensas posibilidades y facilidades insospechadas para poner en ejecución miles de actividades de diverso tipo.

Apliquemos lo anterior a Internet. Esta nueva herramienta permite un acceso fácil y rápido a un número casi infinito de informaciones, imágenes, canciones, películas, juegos y material digital de todo tipo: bueno, regular, malo, e incluso delictivo.

Algunos contenidos de Internet permiten satisfacer deseos o instintos presentes en los seres humanos, unos neutros, otros más sanos, otros dañinos o peligrosos. Quienes consigan una buena conexión podrán llegar con prontitud a tales contenidos, para beneficio o para daño personal y, en ocasiones, de otras personas.

Si los contenidos son buenos y las actitudes ante ellos adecuadas, quienes acceden a los mismos podrán enriquecerse. Algunos lograrán leer textos de gran valor literario, filosófico, político o religioso. Otros escucharán testimonios de personas ejemplares o de convertidos que se han apartado del vicio, o verán pequeños filmados de conferencias o de películas llenas de valores.

Si los contenidos son malos, quienes ya tienen una mayor o menor propensión a ciertos vicios podrán encontrar una satisfacción fácil de sus deseos. El éxito de los sitios con material pornográfico es un hecho representativo de este fenómeno, quizá a niveles superiores respecto del "clásico" consumo de revistas pornográficas: hay quienes tienen reparo en comprar y ser sorprendidos con una revista de esa categoría entre sus manos, pero sienten (a veces falsamente) que un acceso a fotografías inadecuadas a través de Internet sería más "privado" y menos controlable por otros.

La facilidad con la que muchos deseos y horizontes de acción son alcanzables en Internet explica un segundo fenómeno: el tiempo en el que millones de internautas transcurren "navegando" en la red es sumamente elevado.

Normalmente quien navega por Internet durante horas, tiene la sensación de aprovechar bien el propio tiempo: accede y consulta informaciones interesantes y provechosas. Pero en ocasiones la navegación virtual llega a quitar tiempo a otros ámbitos de la vida personal, hasta el punto de dañar las relaciones familiares, de crear tensiones en el trabajo (ante el abuso en el acceso a Internet), de impedir incluso un descanso sano a través del sueño, del deporte o de otras ocupaciones útiles y buenas.

Otra dimensión importante de Internet se refiere a la interactividad. Muchos hombres y mujeres del mundo digital tienen la posibilidad de interactuar, de responder, de crear información, sea a través de las redes sociales (Facebook, Twitter, Tuenti, MySpace, etc.), sea en los blogs (de propia creación u ofrecidos por otros), sea en los foros o chats, sea en las enciclopedias de grupo (como Wikipedia), sea en las páginas de prensa abiertas a los comentarios, etc.

La interactividad en la red ha llevado a algunos expertos a hablar de "Web 2.0". Se trataría de una nueva etapa en el mundo de Internet, que habría dejado de ser (solamente) un inmenso banco de información (lo que sería la "Web 1.0", la cual coexiste con las nuevas páginas) para abrirse a la creatividad y a la participación (al menos potencial) de todos los usuarios.

Esta situación tiene ventajas múltiples y peligros no desdeñables. Por un lado, las noticias pueden ser comentadas "en tiempo real" (inmediatamente) con lo que resulta posible señalar errores, ofrecer indicaciones de interés para otros lectores, realizar un intercambio de puntos de vista, etc. Por otro, no siempre quienes gestionan los sitios de Internet permiten un acceso equitativo de todos, pues en ocasiones censuran ciertos comentarios mientras que promueven otros. Es cierto que una sana "censura" (que goza de poca propaganda pero que es imprescindible para tutelar el derecho a la privacidad y a la buena fama de las personas) es inevitable y justa, también en el mundo de la Web 2.0; pero también es cierto que se dan situaciones de abuso sea por parte de los que asumen posiciones ideológicas concretas, sea por quienes, por prejuicios de tipo personal, favorecen a sus amigos y marginan o excluyen a sus "enemigos".

Las posibilidades de participación, como en parte ha sido ya mencionado, generan en algunos una auténtica "manía" que puede degenerar en obsesión, hasta el punto de acentuar rasgos en la propia personalidad de tipo invasivo, intolerante, que llevan, por ejemplo, a poner un número excesivo de aportaciones en una misma página o en varias, según los propios temas de interés. Este tipo de situaciones llegan a falsear la idea de base de la sana participación, que consiste en recoger y reflejar el sentir de la gente, de los lectores o internautas, al derivar, poco a poco, hacia formas de imposición de los más fuertes (los que más participan) sobre otras personas que prefieren intervenir de modo educado y con más ponderación.

Otro aspecto importante del mundo digital es la inmensa apertura a todo tipo de informaciones, teorías e hipótesis. Un navegante puede encontrar afirmaciones de lo más variado, a favor o en contra de personas, de ideas, de razas, de religiones.

Lo positivo y lo negativo, lo verdadero y lo falso, lo posible y lo real, lo comprobado y lo supuesto, se mezclan en la inmensa jungla de Internet, hasta el punto de que algunos sucumben a la duda, o llegan a pensar que no es posible llegar a conclusiones aceptables sobre ciertos temas. Otros optan, a veces con poco sentido crítico, por lo que parece ser más verdadero, o prefieren elaboran síntesis personales no siempre bien fundamentadas.

En relación con este punto podemos fijarnos en la experiencia de Wikipedia, con sus amplias posibilidades de participación y de control sobre los datos ofrecidos. Este portal permite acoger la riqueza y los esfuerzos de miles de personas que se convierten en co-creadores de contenidos, a veces a niveles bastante aceptables de rigor científico y de calidad redacción. Existen, sin embargo, choques y conflictos a la hora de elaborar ciertos argumentos, lo que lleva a que algunos se limiten a elencar los distintos puntos de vista sin ofrecer (según el criterio del "punto de vista neutral") un juicio de valor sobre los mismos.

Señalemos, por último, la importancia de Internet en el mundo de las relaciones humanas. Gracias a la red y a las distintas posibilidades de participación y de gestión de sitios, millones de personas, de distintos lugares del planeta, llegan a establecer contacto entre sí. Hay quienes alcanzan un interesante nivel de confianza y amistad hacia otros usuarios, algunos conocidos simplemente a través de un sobrenombre (nick); otros conocidos con mayor precisión (nombres y apellidos, ciudad de residencia, edad, intereses). Este tipo de relaciones serían, para algunos, simplemente "virtuales" (o ficticias, o enrarecidas), en oposición a las relaciones "reales" que podemos entablar con quienes tratamos cara a cara en la vida cotidiana o en encuentros más o menos fortuitos (pero siempre desde una presencia física "tradicional").

En realidad, no siempre resulta clara la distinción entre virtual y real, y en ocasiones las relaciones iniciadas desde Internet llegan a niveles de profundidad y de compenetración que no se alcanzan, por ejemplo, cuando se comparte el ascensor casi cada día con un vecino del mismo edificio. La libertad que permite el mundo digital logra que algunos abran su corazón con facilidad, incluso con un nivel de intensidad superior al diálogo que mantienen habitualmente unos esposos en su hogar, o unos padres con sus hijos.

Estos hechos no indican que Internet sea superior, sino que hay un problema en el mundo de las relaciones familiares, pues es señal de un profundo fracaso el que dos seres que un día se prometieron amor para siempre encuentren ahora más alegría en participar en un chat con personas "desconocidas" que en la convivencia de cada día dentro del hogar.

Internet influye, por lo que acabamos de ver, en la vida de muchas personas. Algunas logran un enriquecimiento profundo en ámbitos como el del saber o el de las relaciones humanas. Otros, por situaciones previas al acceso a Internet, o por el hecho mismo de abrirse a horizontes insospechados de interconectividad (con sus riquezas y con sus peligros) se introducen en un túnel que los lleva a la adicción a Internet o a otras formas de pensar y de actuar que les dañan en su vida personal y en sus relaciones sociales.

Internet, como cada realidad humana, es ambivalente. Está en las manos de cada uno saber usarla de modo adecuado, para su propio bien y para el bien de quienes viven a su lado.







Nombre:
Email:
Titulo:
Comentario:




SI QUIERES COLABORAR CON CAMINEO.INFO PULSA DONAR

Preview Chanel Preview Chanel
Camineo.info 2004-2015

PHPCow news publishing script, content management system Review www.camineo.info on alexa.com