“Sí, no, quién sabe…”

¿Hay una guerra? En seguida recibimos datos, acusamos a los "azules" (los de un país) y defendemos a los "verdes" (los del otro país). Luego, alguien nos dice que también los verdes cometen crímenes y usan armas ilegales. Nuestra opinión vacila, pero podremos encontrar, si lo deseamos, argumentos y nuevos datos para mostrar que, a pesar de eso, los verdes son menos malos y los azules están completamente pervertidos.

Otras veces son las fuentes informativas las que han hecho la selección por nosotros. Si no hay espíritu crítico, basta con escuchar que los azules han bombardeado poblaciones de civiles, han asesinado a 100 prisioneros, han usado misiles dotados de armas bacteriológicas, para que el juicio de condena sea claro: todos contra los azules.

En el país de los azules, desde luego, las cosas se verán de un modo muy distinto. Algunos recordarán los miles de crímenes supuestamente cometidos por los verdes. Otros dirán que la prensa internacional no conoce bien la situación. Habrá quienes expliquen lo importante que es dar el golpe primero para evitar daños peores, o quienes lleguen a decir que lo mejor para los enemigos verdes es atacarlos con energía, también con métodos que pueden parecer "excesivos", para acabar pronto la guerra y así evitar más muertes y más dolor.

Si cruzamos la frontera y leemos lo que dicen los verdes...

En no pocos corazones surge, entonces, un extraño sentimiento de escepticismo. Quizá lo mejor sería no emitir juicios, estar a la expectativa, observar los hechos. O tal vez acusar a todos, como si las culpas fueran iguales en uno y en otro lado de la frontera. O pensar, incluso, que azules y verdes son simples marionetas movidas por grandes grupos de poder que desean vender armas, empobrecer a los pueblos y provocar daños que levantarán la economía mundial al promover nuevas inversiones para la reconstrucción...

Sí, es verdad, la realidad es compleja, pero no lo es, o quizá sí, pero... No podemos vivir en la zozobra, algo hemos de pensar sobre los hechos. Pero, ¿estamos bien informados? La pregunta se hace más dramática: ¿podemos llegar a informaciones objetivas?

Las bombas cruzan la frontera. Mientras mueren soldados y civiles, muchos de ellos hambrientos sólo de un poco de paz y de justicia, las noticias se suceden, las opiniones se encrespan, y los gobernantes siguen con sus planes de agresión en función de la defensa (o con planes de defensa que llevan a la agresión).

Es un mundo complejo y difícil. Sabemos, sin embargo, que existen, más allá de las nubes de gases y de mentiras, verdades profundas que algún día, en esta Tierra o tras la muerte, saldrán a la luz. Entonces la mentira, el engaño y la violencia gratuita recibirán un castigo adecuado, mientras la justicia brillará y será premiada para siempre