Nuevo hospital de la Santa Cruz y San Pablo

CAMINEO.INFO.- En el año 1930 un buen grupo de personas inauguraron, en un lugar del barrio barcelonés del Guinardó, el Hospital de la Santa Cruz y de San Pablo. Se trata del conjunto modernista que ha realizado un servicio muy apreciado y muy necesario durante los últimos 80 años. El pasado 3 de julio, también en ese lugar del Guinardó, celebramos la bendición e inauguramos el nuevo edificio de este centro hospitalario construido por la Muy Ilustre Administración (conocida como la MIA).

Esta inauguración ha sido un motivo de alegría porque se trata de una institución sanitaria que presta un servicio importante no sólo a los barceloneses, sino también a una área mucho más extensa.

Un hospital es un centro que se esfuerza por devolver la salud a los enfermos. Al mismo tiempo es un lugar donde están presentes las enfermedades, el sufrimiento y las limitaciones de la naturaleza humana. Y esta doble realidad de enfermedad y salud, de sufrimiento y de alivio del dolor hacen patente un ambiente de humanización que crea vínculos de comunidad, de familia, de trabajo conjunto, en una palabra, de amor y de servicio.

Ante el misterio conmovedor del dolor y la muerte, todo hombre y toda mujer buscan una luz para entenderlo. Las palabras sirven de poco. Mirar la cruz y a Jesucristo crucificado por amor a toda la humanidad da luz para entender el misterio del dolor y de la muerte, y para captar su sentido positivo, ya que el dolor y la muerte no tienen la última palabra. Porque en Jesucristo el dolor y la muerte llevan a la vida y a la vida para siempre.

Todos hemos pasado o pasaremos por un hospital. Y todos deseamos ser acogidos con buenos servicios. Por eso me complace agradecer a los médicos, enfermeras y personal sanitario, al servicio religioso y a todo el personal de éste y de los otros hospitales el servicio que prestan a los enfermos y a sus familias. Vuestra acogida, vuestro afecto y vuestro servicio competente pienso que ya “curan” de alguna manera a los enfermos.

En una visión integral de la persona humana, tiene una especial importancia el servicio religioso en los centros sanitarios. El humanismo cristiano y las ciencias nos ilustran de una manera cada vez más evidente sobre la profunda interrelación entre el cuerpo y el espíritu. Por ello, si la atención espiritual a las personas siempre es importante, lo es todavía más cuando la persona pasa una situación de precariedad en su salud y por tanto por una cierta crisis de su existencia, de su sentido y de sus razones de vivir. Y, si es creyente, el hecho de confiarse a las manos del Dios bueno y misericordioso, que nos ha enviado a su Hijo para salvar al mundo y no para condenarlo, siempre tiene un efecto indudable sobre la totalidad de la persona.

El Hospital que inauguramos es nuevo, pero también es viejo, porque es continuación del Hospital modernista de 1930. Y ése viene de más lejos todavía, de los inicios del siglo XV, cuando nació como fruto de la colaboración de la Iglesia y de las instituciones ciudadanas de Barcelona. La Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y el Capítulo Catedralicio podemos felicitarnos. Y también la ciudad de Barcelona por esta inauguración de un centro hospitalario.

Deseo que las finalidades de los estatutos de la MIA se tengan siempre en cuenta en la vida y en las actividades de este nuevo Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, dando continuidad a la dimensión sanitaria, humanitaria, religiosa, social y cultural que ha estado presente a lo largo de los seis siglos de esta institución.