Bautismo del Señor: Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere.

Si algún día, muy poco probable, yo pudiera hacer alguna aportación a la liturgia me gustaría que el domingo después de la epifanía fuera el domingo donde celebrásemosla vida oculta de Jesús... (¡30 años!), porqué son muchas las enseñanzas que se pueden extraer...

Aunque yo diga esto, tiene su sentido poner esta fiesta en este momento. Si durante el Tiempo de Navidad hemos remarcado, constantemente, la divinidad de Jesucristo, hoy Jesús queda insertado en el misterio de la Santísima Trinidad, que nos ayuda a entender mejor todo lo que hemos celebrado... Hoy contemplamos la manifestación más clara de la Santísima Trinidad en el evangelio: Jesús como el Hijo amado, las Palabras de Dios Padre y la presencia del Espíritu Santo.

Hoy la Iglesia nos propone contemplar el Bautismo de Jesús para profundizar en nuestro propio bautismo. Como mejor entendamos el significado de nuestro Bautismo mejor podremos vivir nuestra vida cristiana.

Y hoy quisiera tocar un tema que nace de nuestro bautismo, del cual no hablo habitualmente: el bautismo nos hace hijos de Dios, nos hace familia de Dios y ello tienes unas claras implicaciones en la vida de la parroquia ...

Dice el Papa en una homilía donde bautizó 13niños: "En el bautismo, el Padre celestial repite estas palabras "Tu eres mi hijo" refiriéndose a cada uno de estos niños. En el bautismo somos incorporados a la familia de Dios, en comunión con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo."

"Incorporados a la familia de Dios". Somos familia de Dios. Familia de Dios que se construye en la realidad concreta de la Iglesia. La adopción como hijos de Dios, es a la vez incorporación a la familia de la Iglesia.

En la gran familia de los cristianos todos somos hermanos y hermanas, los unos de los otros. Y sólo podremos decir "Padre nuestro" si como hijos de Dios nos sentimos los unos hermanos de los otros. ¿Cómo puedo decir "Padre nuestro" si el que tengo al lado, o dos filas más atrás, me es indiferente? ¡¡No lo puedo decir!! Hemos de repensar, hemos de rezar estas dos palabras: Padre y nuestro

Recuerdo cuando estuve en Argentina de misionero laico, que íbamos a un pueblecito muy pobre y sencillo a hacer catequesis con los adultos del pueblo. En una de les catequesis pregunté a una mujer ya muy mayor: "Y usted ¿cómo reza?". Y me dijo con tremenda sencillez: "Yo empiezo con el padrenuestro, pero cuando digo "Padre nuestro", ya no puedo avanzar más..., me quedo allí pensando... ¿Lo hago mal?". A mí se me anegaron los ojos de làgrimas. Yo no supe qué decir; yo iba allá de catequista sabelotodo y aquella mujer mostró tener mucha más experiencia de Dios de la que yo tendré nunca. Dios está especialmente presente en la vida de los pobres... Diciendo "Padre nuestro" tenía suficiente... porqué son dos palabras llenas de vida.

Bien, volvamos a todo esto que decíamos de ser familia de Dios, que nos viene de nuestro bautismo... "Familia": es una palabra muy evocadora de las relaciones que se tendrían que establecer en una comunidad parroquial: querernos, preocupamos los unos de los otros,crear vínculos, animarnos cuando las cosas no van bien, tener proyectos comunes (evangelizar, la caridad...) Como diría San Pablo "miembros de un mismo cuerpo, movidos por un mismo Espíritu".

No somos un grupo de simpatizantes de Jesús, ni unas personas con unos intereses comunes. Sino que nos hemos de entender como una asamblea (eklesia), una familia, que Dios mismo nos ha convocado.

Alguna cosa no estamos haciendo bien cuando intentamos vivir nuestro ser cristiano sin contar con la comunidad. Estableciendo una relación directa con Diosa través de los sacramentos y la plegaria, y con muy poca referencia a la comunidad. El cristianismo pasa por llegar a ser comunidad. El cristianismo se vive en comunidad. Cuando leemos los Hechos de los Apóstoles vemos que viven la fe comunitariamente: rezan, se instruyen, se ayudan, toman decisiones, celebran la eucaristía, constantemente se están creando vínculos. Todo lo hacen en comunidad.

La vivencia de ser Iglesia no es una vivencia abstracta y teórica sino que es una vivencia encarnada en una comunidad. Ser iglesia no es una teoría, es una práctica, una vivencia. Ser Iglesia quiere decir descubrirme miembro de una asamblea/familia convocada por Dios.

Nos hace falta entender y vivir el sentido de la comunidad. Y esto quiere decir, de alguna manera, entender y vivir el sentido de la Iglesia.

¿Y esto cómo se hace? ¿Qué hemos de hacer? Los cambios nacen en el interior: si veo al otro como un hermano, esto cambia mi manera de mirar, mi manera de estar, de llegar, de marchar, de participar de la eucaristía.

Hemos de llegar a ser una comunidad fraternal, acogedora, donde te encuentras bien, donde hablas con todos, donde no hay desconocidos, donde te preocupas por los demás, donde trabajas codo con codo con los otros, donde sabes que nunca estarás solo … Esto es ser familia …

Si no somos capaces de hacer una comunidad así la parroquia resulta fría, no hay calor humano i es muy fácil desentenderse.

Pienso que si tantos y tantas han dejado la Iglesia es porqué no han encontrado una comunidad viva, una familia viva.

Tenemos un camino a recorrer... llegar a ser una familia, y en estos tiempos ¡¡eso sería una luz potentísima...!!