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ECLESIÁSTICO 15, 16-21
SALMO 118
CORINTIOS 2, 6-10
MATEO 5, 17- 37
Todos queremos ser libres, muy libres, es un anhelo que todo hombre lleva dentro suyo, y parece que las leyes nos lo impidan, nos cortan las alas, son un obstáculo para nuestra libertad.
En el caso de la “ley” que viene de Dios (10 mandamientos) no es así, sino todo lo contrario. Porqué la Ley que viene de Dios no es una ley que viene de fuera de nosotros y se nos impone, sino que es una “ley” que está inscrita en nuestros corazones, en nuestra naturaleza humana.
Por tanto, es una Ley que explícita, verbaliza, una manera de ser nuestra. Y de esta manera la ley nos ilumina, nos guía, nos orienta por el camino del bien. Podríamos decir que son como los indicadores para ir por el camino de la vida. Esto quiere decir, que la Ley de Dios nos hace buenos, nos ayuda a hacer el bien... ¡Así hemos de ver la Ley de Dios!.
Un ejemplo para entender esta idea: Matar no es malo porqué lo diga la ley, sino como que es malo para nosotros, como que es un acto que va en contra de nuestra naturaleza humana, la ley lo prohíbe... Es muy diferente.
Lo mismo con el adulterio, no es malo porqué lo diga la ley, sino porqué es malo para nosotros, porqué va en contra de nuestra naturaleza humana, la ley lo prohíbe.
Por esto decía que la Ley que viene de Dios no es una Ley que viene de fuera de nosotros y se nos impone, sino que es una “ley” que está inscrita en nuestros corazones, en nuestra naturaleza humana.
Esto nos lleva a hacer algunas afirmaciones que a la gente del mundo le cuestan de entender:
. La Ley nos hace buenos, nos ayuda a caminar por la vida.
. La Ley no se me impone desde fuera, sino que manifiesta mi manera de ser...
. (Y la más sorprendente) La Ley nos hace libres...
Un caso muy curioso que me pasó con unos adolescentes: en una sesión les pregunté: ¿Un etarra puede ser feliz? ¿Una persona que mata porqué tiene unos objetivos políticos puede ser feliz? Respuesta unánime: Sí. “Si el etarra hace lo que él quiere, matar, será feliz”. ¡Es muy fuerte! Y muy preocupante...
¡¡¡Nadie que haga el mal puede ser feliz!!!
¿Qué hay detrás de esta afirmación de los adolescentes? Varias cosas:
. La ley es limitadora de la libertad.
. Hacer lo que quiero es lo que me hará feliz.
. No hay bien o mal, lo es según cada uno le parece. Esto es el relativismo...
¡¡Todo esto es falso!! ¡¡Y muchos jóvenes se rigen por ideas parecidas!! “No hay mal ni bien, hago lo que a mí me parece, lo que me gusta, me lo quiero pasar bien...” Y de estas ideas vienen los grandes batacazos... Dios perdona siempre, los hombres a veces, nuestra naturaleza nunca... Todo lo que hacemos en contra de ella nos pasa factura...
Vuestros hijos, nietos, sobrinos, no quieren estar sometidos a ninguna ley, pero los 10 mandamientos es una ley que llevan dentro suyo, si no la viven se hacen daño...
Es como si una lavadora de ropa la quisiéramos hacer funcionar como si fuera un lavavajillas, se nos estropeará en dos días... Los 10 mandamientos son como nuestro manual de instrucciones para funcionar bien... O los vivimos o nos hacemos daño...
Es una pena pero muchos cristianos aún hoy no entienden que los 10 mandamientos son una fuente de libertad y un camino para hacer el bien... Y no una limitación a su libertad...
Nos hace falta conocer mejor los 10 mandamientos, meditarlos, amarlos y vivirlos plenamente...
Pero volvamos al evangelio. De las palabras de Jesús podemos deducir varias cosas:
. No viene a abolir la Ley.
. Se presenta en continuidad con la Ley de Dios y los Profetas.
. Pero dice que viene a completar la Ley y los Profetas.
¿Y qué introduce Jesús? ¿Cómo completa la Ley? ¿Cuál es su novedad? Jesús a partir de la Ley entra en el camino del amor. Jesús no se queda en la Ley, sino que apunta que el camino a seguir es el camino del amor. No podemos sólo cumplir la ley, el camino es amar, ir más allá de la ley...
Nos dice Jesús que no se trata sólo de “no matar”, sino que se trata de no enfadarte con tu hermano, de no menospreciarlo, de no insultarlo, de perdonarlo, de hacer las paces,... Jesús introduce el dinamismo del amor: ya no se trata de no matar, sino de amar.
A veces personas mayores me dicen: “yo no mato, no robo, no adultero y voy a misa”. Estas personas, que pueden ser muy buenas personas, se están juzgando desde la ley, no desde el camino del amor que Jesús nos propone., que es un camino de ir siempre más allá, de amar cada vez con más intensidad.
Que la comunión con Jesucristo nos ayude a amar y a vivir los 10 mandamientos y de esta manera entrar en el camino del amor verdadero...
