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Domingo III tiempo de Pascua

Sat, 29 Apr 2017 21:03:00
 

CAMINEO.INFO.-  ¿Vas a Emaús o vuelves de Emaús? “Vas a Emaús” quiere decir que estás centrado en tus cosas, en tus problemas, en tus inquietudes, y no te das cuenta que Jesús camina contigo. “Volver de Emaús” quiere decir que has descubierto a Jesús presente en tu vida, esta presencia te consuela, te da alegría, y deseas comunicarlo a aquellos que amas. ¡Así de fácil!

 

Vuelvo a preguntar: ¿vas a Emaús o vuelves de Emaús? Doy una pista para situarnos: si nos quejamos mucho, estamos yendo a Emaús. La queja podríamos decir que es como un escudo ante la presencia de Jesús, ante su luz, su gracia. La queja crea una barrera entre nosotros y Dios. La queja nos lleva a mirarnos el ombligo, nos curva sobre nosotros, y, por tanto, nos aleja de Dios. Hagámosnos en la oración esta pregunta.

 

Esta escena de los discípulos de Emaus no la contemplamos como algo que  sucedió en el pasado. Contemplémosla como una escena que se produce en nuestra vida. Nosotros somos estos dos discípulos que van a Emaús y que acabarán volviendo de Emaús.

 

Los dos discípulos de Jesús marchan de Jerusalén tristes, desesperanzados, tenían unas expectativas, esperaban unas cosas y nada se ha cumplido. Dicen: “Nosotros esperábamos” y nada ha salido como ellos esperaban.

 

También eso nos ocurre a nosotros: teníamos unas esperanzas, unos proyectos y muchas cosas no han salido como queríamos. Y nos quedamos tristes y desesperanzados como los discípulos de Emaús…

 

En medio de esta tristeza Jesucristo se hace el encontradizo, con suavidad, Cristo se cuela en su desesperanza, y se pone a caminar con ellos. También eso nos ocurre a nosotros: Cristo desea caminar con nosotros en los buenos momentos y en los malos momentos. Por la resurrección, Jesús se ha convertido en contemporáneo nuestro. Y, puede hacer camino con nosotros.

 

¡Es inefable vivirlo, es inenarrable! ¡Jesús que camina con nosotros!

 

Y se pone a hablar con ellos. También quiere establecer con nosotros un diálogo. Esto es rezar, dialogar con Cristo que camina con nosotros.

Y en este diálogo pasan cosas maravillosas:

 

1. Jesús hace una relectura de lo que ha pasado. Hace una relectura desde la resurrección. Da a los hechos una nueva luz, la luz de su resurrección.

 

    En nuestro diálogo con Jesús, pasa lo mismo: da a los hechos una nueva luz, una nueva perspectiva. Resitúa nuestra historia personal dentro de un contexto de historia de salvación. ¡Es maravilloso!

 

2. Jesucristo les explica el sentido de la cruz. También cuando hablamos con el Señor, nuestras cruces cogen otro sentido. Vale la pena destacar que Jesucristo no ha eliminado de sus vidas los hechos tristes, sino que les ha dado un nuevo sentido.

 

3. Poco a poco, les levanta el ánimo, la esperanza. La experiencia de la oración, habitualmente, es de consolación. El oficio del resucitado es consolar y dar la paz. Cuando hablamos de paz, hemos de entenderla como la suma de todas las bendiciones de Dios al hombre. Cuando Jesús en las apariciones dice a los discípulos “Paz a vosotros”. Les está comunicando todo. Todo lo que Dios quiere darnos queda concentrado en esta palabra: paz. Por esto, en casi todas las apariciones dice “Paz a vosotros”, porque su oficio es consolar, comunicar paz.

Jesús hace como si siguiera más allá y ellos le invitan a quedarse, y acepta quedarse. Jesús siempre acepta  nuestras invitaciones a pasar un rato juntos. Jesús siempre acepta nuestras invitaciones a dialogar un rato... ¿le invitamos? ¿le convidamos?

 

Lo reconocen al partir el pan. Este partir el pan hace referencia a la fracción del pan que hacemos en la eucaristía, cuando decimos aquello de “Cordero de Dios que quitas...”. Hasta entonces no lo han reconocido, y al partir el pan, lo reconocen. ¿De qué nos habla esto? De la eucaristía como un lugar privilegiado de la manifestación de Cristo Resucitado. Es Cristo Resucitado quien se hace presente en el trocito del pan eucarístico. Entramos en comunión con Cristo Resucitado...,.....

 

Y todo esto que han vivido: Jesús que camina con ellos, Jesús que dialoga con ellos, Jesús que los ilumina, Jesús que los anima, Jesús que cambia sus corazones, todo esto es expansivo, no se lo pueden quedar para ellos, y van a comunicarlo. Que su experiencia sea nuestra experiencia.







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