Portada
Vaticano
Realidades Eclesiales
Iglesia en España
Iglesia en América
Iglesia resto del mundo
Cultura
Sociedad

·Homilia Dominical
·Hablan los Obispos
·Fe y Razón
·Reflexion en libertad
·Colaboraciones



 
 

 

 

 

 
Mar 2024
MoTuWeThFrSaSu
        1 2 3
4 5 6 7 8 9 10
11 12 13 14 15 16 17
18 19 20 21 22 23 24
25 26 27 28 29 30 31

   


www
Portada:: Homilia:: Ciclo B:: Domingo XXVI tiempo ordinario, ciclo B: “El que hace el bien, hace lo que Dios quiere”





Domingo XXVI tiempo ordinario, ciclo B: “El que hace el bien, hace lo que Dios quiere”

Sat, 29 Sep 2012 23:54:00
 

CAMINEO.INFO.-

Nm 11, 25-29: "¿Estás celoso de mí? !Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta!
Sal 18,8-14: "Los mandatos del Señor son rectos, alegran el corazón"
St 5,1-6: "Vuestra riqueza está corrompida"
Mc 9,38-43.45.47-48: "El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Si tu mano te hace caer, córtatela"

Empiezo con esta segunda parte del evangelio donde Jesús habla claro, de una manera contundente, interpeladora y sin ambigüedad, lo cual liga con lo que decíamos la semana pasada. Donde la manera de hacer y de decir de Jesús interpelaba nuestra manera de hacer y decir.

Hay un grupo de personas de las parroquias donde yo he estado que reciben por e-mail mis homilías, y el correo en el que les adjuntaba la homilía de la semana pasada les decía: “lo siento, es un poco fuerte, je, je, je”. Una de las personas que recibe las homilías me contestó diciendo que la homilía le había recordado unas palabras de San Agustín, que son casi una poesía, de la cual yo sólo conocía la primera frase, dice así:

Ama y haz lo que quieras.
Si callas, callarás con amor,
si gritas, gritarás con amor,
si corriges, corregirás con amor,
si perdonas, perdonarás con amor.
Si está dentro de ti la raíz del amor,
ninguna otra cosa sino el bien
podrá salir de tal raíz.

Por tanto, cuando Jesús nos habla como lo hace hoy, con estas fuertes palabras es por dos motivos:

1. Porqué nos ama.
2. Porqué nos quiere hacer ver la gravedad del pecado.

Cuando contemplamos y meditamos las palabras de Jesús en el evangelio es bueno preguntarnos ¿cuál debe ser la vivencia interior que debe tener Jesús para pronunciar estas palabras?. Hoy las palabras de Jesús nos desvelan su profundo horror al pecado.

El sentido de nuestra vida es conformarnos con Cristo, irnos convirtiendo en otros Cristos, ser movidos por su Espíritu, con lo cual es imposible que Jesucristo no nos comunique también el horror que él siente al pecado. Deberíamos vivir como Cristo un gran horror al pecado.

Debemos pedir a Dios que nos conceda el don, la gracia de sentir horror al pecado. Y quizá Él nos ilumine que hemos de tomar alguna decisión fuerte para evitar el pecado, como fuertes han sido los ejemplos que él ha puesto.

Toda palabra de Cristo ha de tener una acogida por parte nuestra. No puede ser que ciertas palabras/ideas/realidades en nosotros no encuentren una resonancia, un eco, una acogida… No puede ser que seleccionemos: esto sí, esto no.

Cuanto más nos cueste una palabra de Jesús, más atención le hemos de prestar, porqué quiere decir que por allá hay un trabajo personal a hacer.

La primera parte del evangelio nos pone delante un tema bastante importante: el Espíritu de Dios actúa más allá de lo que a veces nosotros podemos pensar, y esto no nos ha de inquietar, sino todo lo contrario, nos ha de alegrar que uno que no forma parte de nuestro grupo/parroquia/Iglesia, actúe movido por el Espíritu del Señor. Esto nos ayuda a ver la grandeza y benignidad de nuestro Dios.

“El que no está contra nosotros está a favor nuestro.” Qué planteamiento tan optimista, qué planteamiento tan abierto, tan generoso, que lo alcanza todo. Esta idea nos tendría que llevar a ver los demás con otra mirada... “ellos también están con nosotros”.

La gracia de Dios actúa más allá de las estructuras visibles de la Iglesia. Dios con la Iglesia no se ha atado de manos, Dios tiene las manos libres para comunicar sus gracias a aquellos que se abren, quizás sin saberlo, a su acción.

Tengamos esta mirada benevolente de Jesús. Quizás somos demasiado rápidos a juzgar y a condenar, quizás no nos miramos bien aquellos que no piensan exactamente como nosotros y esto no es bueno.

En la biografía de San Ignacio de Loyola hay un acontecimiento bastante curioso. Se convierte, peregrina a Tierra Santa y al volver va a la universidad de Alcalá. Allí empieza a comunicar a otros su experiencia espiritual y a hacer apostolado. Enseguida interviene la Inquisición y se lo prohíben. Por este motivo marcha a Salamanca donde le pasa tres cuartos de lo mismo. Al final marcha a París, donde conocerá los primeros compañeros de la futura Compañía de Jesús.

Dos enseñanzas: la primera es lo que estábamos diciendo: no seamos inquisidores, no nos toca, seamos inclusivos, personas de mirar benevolente, de hacer puentes....

A mí me sorprende que la Iglesia haga tantos esfuerzos en el diálogo por la unidad de los cristianos, tantos esfuerzos por el diálogo con otras religiones y tan pocos esfuerzos por el diálogo entre los que nos llamamos católicos, cuando estamos muy divididos. Católicos que pensamos más así, católicos que pensamos más asá. Católicos que no nos miramos con benevolencia, con simpatía, donde no hay diálogo. Encuentro que es una situación bastante curiosa. Por un lado, tantos esfuerzos, y, por otro, nada de nada.

La segunda enseñanza de lo que le pasaba a San Ignacio es un ejemplo de como Dios puede sacar un bien, mucho bien, de un mal. Es malo que haya de marchar de Alcalá, es malo que le pase lo mismo a Salamanca, pero qué gran bien que fuera a parar a París donde encontró unas personas que iniciaran con él la Compañía de Jesús que tanto bien ha hecho a la Iglesia. Si estamos abiertos a Dios, saca bien del mal.

Que la comunión con Jesucristo nos ayude a hacer nuestras sus actitudes más profundas.







Nombre:
Email:
Titulo:
Comentario:




SI QUIERES COLABORAR CON CAMINEO.INFO PULSA DONAR

Preview Chanel Preview Chanel
Camineo.info 2004-2015

PHPCow news publishing script, content management system Review www.camineo.info on alexa.com