Portada
Vaticano
Realidades Eclesiales
Iglesia en España
Iglesia en América
Iglesia resto del mundo
Cultura
Sociedad

·Homilia Dominical
·Hablan los Obispos
·Fe y Razón
·Reflexion en libertad
·Colaboraciones



 
 

 

 

 

 
Apr 2024
MoTuWeThFrSaSu
1 2 3 4 5 6 7
8 9 10 11 12 13 14
15 16 17 18 19 20 21
22 23 24 25 26 27 28
29 30          

   


www
Portada:: Homilia:: Ciclo C:: Domingo II del Tiempo de Adviento: «El Señor vendrá...»





Domingo II del Tiempo de Adviento: «El Señor vendrá...»

Sat, 08 Dec 2012 23:59:00
 

CAMINEO.INFO.-

Baruc 5, 1-9 «Dios mostrará su esplendor sobre tí»
Sal
125 «El Señor ha estado grande con nosotros»
Filipenses
1, 4-6.8-11 «Manteneos limpios e irreprochables para el día de Cristo»
Lucas
3, 1-6 «Todos verán la salvación de Dios»

Estamos celebrando el II domingo de adviento. A veces nos puede pasar que el Tiempo Litúrgico no nos motive: otra vez adviento, otra vez el discurso típico del adviento, y nosotros que seguimos como siempre.

Hoy la primera lectura hace un fuerte canto a la esperanza que quiere evitar esta actitud descrita. Es una esperanza fundamentada en Dios que actúa, en Dios que interviene en la historia y en nuestra historia. Aquí se fundamenta nuestra esperanza: en el actuar de Dios. Fijaros qué expresiones utiliza el profeta Baruc:

“Dios mostrará....”, “...,por orden del Santo,...”, “...gozosos por la obra de Dios”, “ ... Dios te los traerá ...”, “Dios ha mandado...”, “ ...guiado por la gloria de Dios”, “Dios guiará...”.

El profeta habla de la deportación a Babilonia, pero esta deportación acabará porqué Dios actuará. En el Tiempo de Adviento se nos presenta esta lectura para hacer crecer nuestra esperanza, nuestro deseo de que Jesús venga, actúe en nosotros y nos salve. Nos saque de nuestra deportación y nos lleve a la tierra prometida.
Y por si no quedase bastante claro, la respuesta al salmo decía: “El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres”.

El evangelio también hace referencia a este actuar de Dios cuando dice: “Elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale”.

La meditación de estas palabras nos ha de llevar a tener un deseo intenso del actuar de Dios en nosotros, en nuestra parroquia, en nuestra Iglesia.

Pero atención, las lecturas también dejan muy claro que el obrar de Dios pide la colaboración de los hombres.

En la primera lectura lo que se le dice a Jerusalén se nos dice a cada uno de nosotros: “Jerusalén, despójate de tu vestido de luto y aflicción y vístete las galas perpetuas de la gloria que Dios te da, envuélvete en el manto de la justicia de Dios y ponte en la cabeza la diadema de la gloria del Eterno”. Todos estos verbos hacen referencia a actitudes espirituales a tener por parte nuestra.

Y en el evangelio igual: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”

¿En qué consistirá esta colaboración con Dios? El modelo que se nos presenta hoy es el de San Juan Bautista que como dice el evangelista: “vino la palabra de Dios sobre Juan, ..., en el desierto”.

Escribe Henri Nouwen en “El camino del corazón”: “La soledad es el horno de la transformación. Sin soledad seguimos siendo víctimas de nuestra sociedad, seguimos enredados en las ilusiones de nuestro falso yo. Jesús mismo entró en este horno. ..., la soledad no es un lugar terapéutico privado, sino el lugar de la conversión, el lugar donde muere el viejo yo y nace uno nuevo, el lugar donde emerge el hombre nuevo y la mujer nueva”.

Nos hace falta el silencio porqué en este silencio sucede un milagro: el encuentro con Jesucristo, que nos cambia la vida. Entrar en el adviento es vivir la esperanza (deseo intenso) de una verdadera salvación, pero ¿cómo sucede esta salvación? A través de un encuentro. La Iglesia entiende este tiempo de adviento como una preparación para un encuentro con Jesús.

Un encuentro que ha de ser real, verdadero, profundo, invisible. Desde hace años que se habla mucho del encuentro personal con Jesucristo, los papas, los obispos, los sacerdotes, los teólogos, pastoralistas, exegetas, autores espirituales, etc..., lo hemos escuchado por activa y por pasiva, pero ¿¿tenemos una relación real con Jesucristo.??

En medio del Tiempo de Adviento (ciclo B) escuchamos en boca de San Juan Bautista estas palabras: “en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis” (Jn 1, 26)

¡Frase profética! Que nos ha de impresionar. Es verdad, es una triste verdad: muchos no le conocen.

En la vida del sacerdote hay muchas alegrías, pero también tristezas. Una de ellas es cuando hablo con personas y les pregunto ¿qué haces de plegaria? La respuesta acostumbra a ser pobrísima: “Al levantarme doy gracias, al acostarme rezo por los difuntos y por los míos.” ¡Inercia, rutina, no hay evangelio, no hay encuentro con Jesucristo. Hace falta cambiar esto para que el cristianismo no desaparezca. Como dice Ranher: “El cristianismo del siglo XXI será místico o no será”. Sólo hay un camino para vivir la fe y comunicar la fe: encontrarse con Jesús, tener una relación personal profunda con Jesús.

Recordemos lo que nos dice San Pablo, que todos tendríamos que poder decir: “Para mí, vivir es Cristo.”

En el silencio, con esperanza, abramos una ruta, allanémosle el camino, para que Él pueda entrar en nuestros corazones.







Nombre:
Email:
Titulo:
Comentario:




SI QUIERES COLABORAR CON CAMINEO.INFO PULSA DONAR

Preview Chanel Preview Chanel
Camineo.info 2004-2015

PHPCow news publishing script, content management system Review www.camineo.info on alexa.com