CAMINEO.INFO.-
ISAÍAS 6, 1-2a.3-8
SALMO 137
CORINTIOS 15, 1-11
LUCAS 5, 1-11
Hoy el evangelio nos presenta dos escenas muy diferentes.
En la primera, contemplábamos como “la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios”. El evangelista Lucas hace a la comunidad que dirige su evangelio, y por tanto, también a nosotros, una catequesis sencilla y clara de la importancia de escuchar a Jesús, de escuchar su Palabra.
Les viene a decir: si la gente en tiempos de Jesús se acercaba a Él para escucharlo, si la gente quería estar lo más cerca posible (por esto se agolpaban), si la gente tenía muchas ganas de escuchar sus enseñanzas, vosotros tenéis que tener las mismas actitudes.
Yo veo que me repito un poco en ciertos temas. Pero lo hago porque es la Palabra que proclamamos la que va repitiendo ciertos temas. Y esto nos habla de su importancia.
Como que estamos en el 50 aniversario del Concilio Vaticano II, os leo un texto (Dei Verbum nº 25) que hace referencia a todo esto:
“El santo Concilio exhorta también muy insistentemente todos los fieles,…, que aprendan «el sublime conocimiento de Cristo Jesús» (Fl 3,8) mediante la frecuente lectura de las divinas Escrituras. «Porqué la ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo». (S. Jerónimo) Que se acerquen, pues, con agrado, al mismo texto sagrado,..., ya sea por la lectura espiritual, ya sea por otros medios....Pero, que recuerden que la lectura de la sagrada Escritura ha de ir acompañada de la oración, a fin que haya diálogo entre Dios y el hombre; porqué «hablamos con Él cuando rezamos, y lo escuchamos cuando leemos las palabras divinas». (S. Ambrosio)
Y la catequesis de Lucas sobre la Palabra no acaba aquí. Porqué después Jesús, que no en tiene ni idea de pescar, que no viene de un pueblo de pescadores, dice a Pedro: “Rema mar adentro, y echad las redes para pescar”. Y lo dice a media mañana, cuando siempre pescaban de noche... Y Pedro le dice: “Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada”. Y ahora viene la gran enseñanza: “pero, por tu palabra, echaré las redes”. Por vuestra Palabra, porque confío en tu Palabra echaré las redes. Por vuestra palabra haré una cosa irracional, por vuestra palabra me olvido de lo que sé, de mi experiencia, y hago lo que me dices… …
¡¡Gran enseñanza la de Pedro!! Dejarnos guiar por la Palabra. Aunque nos parezca que no tiene sentido, que no podré, que no saldrá,... ¡Escuchar la Palabra y vivirla!
La gran tentación que tenemos todos es el naturalismo. ¿Qué es el naturalismo? En el naturalismo nos movemos en un plan natural, donde tiene más peso mis capacidades, mis criterios, mis maneras de hacer, que la gracia de Dios, que la acción de Dios. Pesan más mis planteamientos naturales que la esperanza en la gracia de Dios, en la capacidad de Dios de entrar en nuestra historia y cambiarlo todo, de tocar nuestros corazones y los corazones de los que nos rodean. Y así expulsamos al Dios verdadero de nuestra vida. Y podemos acabar viviendo una religión natural: hacemos ritos religiosos (porqué el ser humano es constitutivamente religioso) pero donde Dios ya no está. Estuvo, pero ya no está. Lo sobrenatural absorbido por lo natural, rebajado por lo natural.
Si Pedro se hubiera movido por el naturalismo habría dicho a Jesús: “Dejadlo estar, es imposible” Porqué lo que Jesús plantea es físicamente imposible: durante el día los peces están en la parte honda del lago y no pueden ser pescados.
¿Cuántas veces leemos la Palabra de Dios y la sensación profunda es “imposible”, “esto no va conmigo”? ¡¡Demasiadas veces!! Esto es naturalismo. ¿Cómo lo solucionamos? Más palabra de Dios, que nos amare más, que nos penetre más, confiemos más en Él, en su gracia, en su acción, esperemos más lo que nos propone de vivir... Pedro hoy nos da un gran ejemplo.
“Es que soy poca cosa. Es que tengo pocos estudios. Es que ya soy mayor.” No pasa nada, la gracia de Dios lo puede todo. Las tres lecturas de hoy van en este sentido:
Primera lectura: Isaías que se siente hombre de labios impuros. Y Dios lo hará uno de los profetas más importantes de todo el AntiguoTestamento.
Segunda lectura: San Pablo que habla de sí mismo diciendo: “el menor de los apóstoles”, “no soy digno de llamarme apóstol”, “he perseguido a la Iglesia de Dios”, y será el apóstol que ¡llevará la fe a la gentilidad! ¡Ningún evangelizador como San Pablo! ¡Ninguno!
Evangelio: Vemos a Pedro, un pescador, inculto, arrodillado delante Jesús, pidiéndole que se aleje de él porqué es un pecador. Pedro, el que será el primer Papa.
Es la gracia de Dios la que les transformó, es la gracia de Dios la que les sacó de su naturalismo y les introdujo en la sobrenaturalidad. Porqué la iniciativa es de Dios y se nos comunica por la Palabra. No cómo único camino, evidentemente ..
Dejemos a Dios que sea Dios en nuestras vidas.
