CAMINEO.INFO.- Nuestra alegría pascual, nuestro gozo pascual, es doble: por un lado porque el Señor ha resucitado, y por otro lado porque nosotros podemos participar de su resurrección.
El Señor ha resucitado y lo que estamos viviendo, lo que estamos celebrando, no es una cosa que paso ahora hace 2000 años y nosotros recordamos. A través de la liturgia nosotros hacemos presente este acontecimiento y entramos en contacto con él y al entrar en contacto quedamos afectados, iluminados, transformados por su resurrección.
Hoy el misterio de la resurrección se hace especialmente presente, de manera que nosotros podamos participar de él. Durante la cuaresma hemos ido muriendo al pecado para poder hoy y durante toda la pascua resucitar con el Señor.
El sentido del tiempo pascual es ir resucitando con el Señor. Ahora es tiempo de resurrección. Es tiempo de esperar y anhelar que el Señor trabaje nuestros corazones, que nos resucite en algún aspecto de nuestra personalidad.
De esta manera una tendencia mala, un vicio, un rencor, una incapacidad de perdonar alguien, una tendencia a ir a la mía, reciben por la acción de Dios una transformación. ¡¡Debemos esperarlo!!
Querría argumentar un poco de la razonabilidad de la Resurrección. Cada dos por tres salen noticias que ponen en duda el fundamento de nuestra fe:
. Código da Vinci
. Supuestas tumbas de Jesús
. Evangelio de Judas / Tomás
Atacan nuestra fe porque ponen en duda la divinidad de Jesucristo y por tanto su resurrección. Por esto, vale la pena hablar hoy de unos signos de credibilidad en la resurrección. Puede haber quien piense que todo aquello fue un invento de los seguidores de Jesús. Pues, hay unos signos que dan credibilidad, razonabilidad al hecho de creer que Jesucristo resucitó. Estos signos son:
. El sepulcro lo encontraron vacío. Hecho histórico contrastado. Que el sólo no dice demasiado, pero todos los signos juntos son bastante elocuentes.
. En el evangelio hemos leído como una mujer es el primer testimonio de que Jesús había Resucitado. Si se lo hubieran inventado no habrían escogido nunca una mujer, porque en el mundo judío, de aquel tiempo, una mujer no servía de testimonio.
. Los evangelistas cuando escriben los evangelios lo hacen con un deseo de recuperar la historia de Jesús. Recuperar lo que paso. El primer evangelio fue el de Marcos, se escribe hacia el año 45. Diez años después de la muerte de Jesús. En cambio, por ejemplo, el evangelio de Judas es del año 250. ¿Cuál será más fiel a los hechos reales? Parece evidente, el de Marcos que es mas cercano a los acontecimientos que quiere recuperar.
El deseo que hay en los evangelistas es que no se distorsionen los hechos de la vida de Jesucristo. Seria absurdo que procurando recuperar los hechos de Jesús, los evangelistas se inventaran un hecho tan principal como la resurrección. Queremos recuperar la historia y por esto salen las negaciones de Pedro. Y salen también los reproches de Jesús a sus discípulos cuando no lo entienden o no confían suficientemente en él.
. Hay diferentes testimonios y en diferentes lugares. La certeza que nos da cada uno se ve reforzada por la que nos dan los otros.
. Sus seguidores en lugar de desaparecer después de la humillante muerte de su líder, aparecen predicando la Buena Nueva.
. Es mas, el viernes abandonan a Jesús, y el domingo aparecen predicando la Buena nueva. ¿Que ha pasado entre estos dos acontecimientos? Se les ha aparecido el Cristo Resucitado. Y predican con valentía, prescindiendo de las amenazas de muerte de las autoridades judías.
. Y quizás el signo de credibilidad más contundente para refutar a aquellos que dicen que todo fue un invento de los apóstoles es que los apóstoles dieron la vida por el Cristo. Todos, excepto San Juan, mueren mártires, si ellos hubieran hecho un montaje... ¿Quién da la vida por una mentira?
Son signos que nos hablan de la razonabilidad de esta verdad de fe. Es razonable creer en la resurrección. Aunque evidentemente esta razonabilidad no exime de hacer el acto de fe. Sin fe no hay resurrección.
Aprovechemos esta cincuentena, acerquémonos a Jesús resucitado, meditemos los relatos de resurrección y de las apariciones, y pidámosle que nos haga personas resucitadas.
