El miércoles 26 de junio por la mañana tuvo lugar la ceremonia de investidura doctor honoris causa en Sagrada Teología al iniciador y responsable del Camino Neocatecumenal en todo el mundo, Kiko Argüello, en el claustro de la Universidad Católica Juan Pablo II de Lublín, Polonia.
El título le ha sido concedido, según el centro de estudios, porque “ha contribuido válidamente a la renovación de la Iglesia, siguiendo atentamente las indicaciones del Concilio Vaticano II, reconduciendo a los cristianos alejados de la comunidad eclesial a las fuentes de la fe que brotan de la Biblia y de la Liturgia. Junto a la señora Carmen Hernández ha dado inicio a una institución postbautismal, obra especialmente preciosa para el mundo, conocida universalmente como Camino Neocatecumenal. Tal forma de iniciación cristiana, enriquecida por la belleza de la nueva estética, surge una obra de evangelización y reevangelización en nuestro tiempo, en todo el mundo; prepara la missio ad gentes; interviene activamente a fin de que el cristianismo y el judaísmo se acerquen el uno al otro; defiende los valores de la vida y de la dignidad del hombre, del matrimonio y de la familia cristiana”.
Incómodo con las alabanzas
Durante el acto, Argüello señaló que se sentía “incómodo” por las alabanzas y explicó a los asistentes: “sólo espero persecuciones, como todo cristiano”, porque “Cristo siempre ha sido odiado y perseguido. Hoy yo tengo que ser humilde y aceptar esto”.
Además, afirmó que “este doctorado se lo merece mucho más que yo Carmen Hernández” (iniciadora también del Camino junto a él). “Hoy lo recibo yo por ella, que es la que ha aportado toda la teología pascual y nos ha acercado al pueblo hebreo, entre otras muchas cosas”. Después de estas palabras anunció brevemente el kerigma diciendo al comienzo que “lo más grande de esta vida es anunciar el Evangelio”.
En la investidura participaron varios obispos, entre ellos monseñor Kiernikowski, obispo de Siedle, o monseñor Grzegorz Rys, obispo de Cracovia, y unas mil personas.
La universidad ha otorgado el doctorado honoris causa a importantes personalidades, como son Benedicto XVI (siendo cardenal Ratzinger), Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San Egidio o Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares.
