Justificar lo injustificable

         Y ahora trata de hacer lo mismo con esa reforma del aborto, no prevista en su programa electoral, que convertirá en un derecho femenino terminar con la vida del hijo sin causa justificada.

         Sí, porque eso de permitir abortar a las chicas de 16 y 17 años sin el consentimiento de sus padres es sólo un añadido extra premeditado, que estarían dispuestos a modificar a cambio del puñado de votos que necesitan para aprobar la ley en el Parlamento.

         Sí, porque aseverar que el Partido Popular no hizo nada durante los ocho años que estuvo en el poder es sólo una forma de desprestigiar a la masiva protesta social pro-vida surgida durante estos meses, a la que tildan con maligna intención de “conservadora y religiosa” para que sufran el rechazo incondicional de sus votantes de izquierda.

         Porque alegar que esta reforma es necesaria para que ninguna mujer vaya a la cárcel es una auténtica insolencia, llena de falsedad, pues lo único que busca es proteger a los “profesionales” de las clínicas abortistas, los mismos que se saltan a la torera la actual ley, realizando verdaderas carnicerías humanas, por puro afán recaudatorio.

         Porque decir que las mujeres embarazadas deben decidir sobre su maternidad es una incongruencia, pues una vez han concebido, gracias a ese hombre ignorado del todo en esta ley, ya son las mamás de ese nuevo ser que llevan en sus entrañas.

         Porque afirmar que el feto no es un ser humano muestra el verdadero talante de los ministros y ministras que forman este Gobierno, unas personas que no ven más allá de la ignorancia que les impone su sectarismo ideológico.