Con motivo del IX aniversario del fallecimiento del padre Werenfried van Straaten, fundador de la organización “Ayuda a la Iglesia necesitada”, el cardenal argentino Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales presidirá la celebración eucarística a las 16,00 en la Basílica de Santa María in Trastevere. Antes de la celebración, en la Sala Pío XI del Palacio de San Calixto –sede histórica de la Secretaría italiana de esta organización– Mons. Sante Babolin y Massimo Ilardo, respectivamente presidente y director de esta organización, relatarán brevemente la historia y la misión de la Fundación. Encuentro que se enriquecerá con el testimonio de los Padres Victorien Kpoda, sacerdote de Burkina Faso, y Rayan Atto, becario iraquí.
El Padre Werenfried van Straaten nació en Holanda el 13 de enero de 1913. A los 21 años ingresó en la abadía premonstratense de Tongerlo, Bélgica, donde fue ordenado sacerdote en 1940. Siete años más tarde, finalizada la Segunda Guerra Mundial, creó Ayuda a la Iglesia Necesitada para socorrer a los refugiados alemanes. "Todo cristiano debe tener los dos pies en el suelo y el corazón en el cielo”, decía. Desde entonces el Padre Werenfried, o “Padre Tocino” como cariñosamente lo llamaban, consagró su vida a la reconciliación de los pueblos destrozados por la guerra. También se esforzó para responder a las necesidades espirituales y materiales de los cristianos en todo el mundo, teniendo siempre a Cristo y a su Iglesia como centro, porque "la Iglesia es más floreciente allí donde sufre, y está más necesitada allí donde huye de la Cruz".
Cabe destacar que Ayuda a la Iglesia Necesitada es una fundación internacional de la Santa Sede, fundada por el Padre Werenfried Van Straaten en 1947, para ayudar pastoralmente a la Iglesia necesitada o que sufre persecución en cualquier parte del mundo. Lo que la diferencia de las múltiples organizaciones asistenciales que han ido surgiendo en la Iglesia durante el siglo XX es su carácter eminentemente pastoral. Dimensión pastoral que resulta menos espectacular que las acciones de ayuda humanitarias emprendidas con ocasión de catástrofes y otras situaciones de miseria en el mundo, que es esencial para aliviar las necesidades espirituales del hombre. Entre sus objetivos principales se destaca la recaudación de fondos para financiar proyectos de ayuda pastoral en diferentes países donde la Iglesia está más necesitada, amenazada o sufre persecución; informar de forma fidedigna y veraz, y sensibilizar a la sociedad, para que conozca la situación de la Iglesia que sufre y es perseguida para ser la voz de quienes no tienen voz y fomentar la oración por todos aquellos que sufren por su fe, por los cristianos que están necesitados y por los misioneros. (María Fernanda Bernasconi - RV).
