El arzobispo de Mosul denuncia anarquía y ataques a cristianos

La situación en Mosul se va calmando, pero continúa siendo de "anarquía", definió el arzobispo caldeo de Mosul, monseñor Amel Shaman Nona, al describir la situación que se vive en la ciudad y sus alrededores luego de que extremistas islámicos invadieron y tomaron la segunda base militar de Irak, en lo que constituye un avance sin precedentes sobre la estabilidad de la nación.

El prelado explicó en declaraciones a Asia News que el bloque más grande de agresores dejó la ciudad para combatir y conquistar otras partes del país.

Según el informe del religioso, "hay personas armadas que patrullan las calles y plazas"; la mayoría "son iraquíes, pero es posible que pueda haber extranjeros". Recientemente, el gobierno iraquí acusó a los agresores de ser "terroristas provenientes de otros países".

Más allá del enfrentamiento bélico, la situación resulta grave debido al éxodo de entre 300.000 y y 500.000 personas, cristianas y musulmanes, creando una crisis económica y política.

"Algunas familias permanecen atrincheradas -añadió el arzobispo-; prevalece una atmósfera de miedo y de incertidumbre sobre lo que podría ocurrir en el futuro".

Monseñor Nona encontró refugio en el pueblo de Tilkif, a tres kilómetros del centro de Mosul, y está siguiendo de cerca la evolución de la situación en la ciudad y a lo largo de su diócesis. En esta ciudad se encuentra la parroquia del Espíritu Santo, en la que se observa "una fuente de esperanza" y de "testimonio de la bondad" de la gente de Irak: musulmanes salieron a las calles para defender los lugares de culto cristianos.

"Algunas personas irrumpieron en la iglesia del Espíritu Santo para robar y causar estragos. Sin embargo, los vecinos, pertenecientes a familias musulmanas, salieron a las calles a defender el lugar de culto cristiano. Finalmente lograron ahuyentar a los atacantes. Muchas personas se quedaron en la ciudad, incluidos los musulmanes, que están tratando de defender como sea posible sus casas".

Monseñor Nona informó que la situación "está bajo control", aunque aseguró que si no hay acciones de fondo, en los próximos días la situación de carencia empeorará.

El arzobispo sigue sorprendido por la facilidad con que los militantes tomaron Mosul: "Para nosotros todavía no está claro lo que ha sucedido: de repente se derrumbó el gobierno. Los militares abandonaron las armas y las ubicaciones y esta gente entró con facilidad".

En tanto, las milicias terroristas continúan avanzando en el país y no se descarta que continúen ocupando ciudades en el trayecto que los separa con la capital, Bagdad. Los rebeldes yihadístas del estado islámico de Irak y del Levante (Isis, como se hacen llamar) están incitando a sus grupos para que avancen hacia Samarra y Bagdad.

A la situación humanitaria, en las últimas horas se sumó el secuestro de 49 funcionarios del consulado de Turquía en Mosul, entre ellos, el cónsul y a agregados militares.

El Isis, la organización que promovió el ataque en la región, proyecta establecerse como un califato que una Siria, Irak y Medio Oriente, combatiendo la división en estados resultantes de la antigua dominación de Francia y Gran Bretaña en la región.

El Isis es también uno de los grupos extremistas sunitas que combaten al presidente Assad en Siria y son autores de ataques contra los cristianos y los musulmanes moderados.

Los combates en la región también podrían producir una crisis energética: desde hace meses, a causa de las incursiones del Isis en el norte del país, las reparaciones del oleoducto que une los campos petrolíferos de Krkuk y Ceyhan, en Turquía, están interrumpidos, y de no reiniciarse las tareas, en los próximos meses podría haber desabastecimiento.

Mientras tanto, la ONU condenó el ataque del Isis a Mosul y evalúa medidas de apoyo. Los Estados Unidos no descartan incursiones militares.+