“En el 2012 pedimos un ambiente de paz y unidad para el Perú”

“Que todos tengamos un feliz año 2012 unidos y alegres con la familia en el centro y con la fe iluminando a todos los rincones de nuestra patria”, reflexionó el Arzobispo de Lima.

“Dios no es un invitado en la política o en el desarrollo, Dios es el centro. Él es el que quiere iluminar los caminos de paz, progreso y desarrollo. La fe no es un sombrero que se quita y se pone; la fe se vive todos los días y en todos los momentos del día. Por eso la Iglesia abre sus brazos con cariño y afecto, buscando la justicia y la verdad”, prosiguió.

Un año de mayor fe

En otro momento, el Arzobispo de Lima animó a todos los fieles a mirar todas las situaciones que se nos presentan en nuestra vida con los ojos de la fe.

“Que nuestra Madre Santa María nos enseñe a mirar la realidad de mi vida y a comprender lo que ocurre en mi familia y en el país con los ojos de fe. Esto es lo que pido para toda la arquidiócesis y para todo el Perú, confianza porque soy Hijo de Dios y Él no nos abandona nunca”.

El Pastor de Lima también pidió a los fieles mayor ejemplo, para que seamos testigos auténticos de Cristo. “El testigo es el primero en vivir el camino que propone”.

“Los jóvenes son la esperanza de la Iglesia”

El Cardenal Cipriani pidió de manera especial a los jóvenes del Perú apreciar el valor positivo de la vida y la familia.

“Muchos jóvenes tienen el deseo de mirar con esperanza el futuro. Démosle una formación que los prepare para afrontar la realidad. Muchas veces nos hemos acostumbrado a vivir una realidad que no es honesta. La juventud debe saber que trabajar cuesta, que portase bien supone un esfuerzo, que formarse bien y estudiar requiere de un sacrificio. No todo es fácil y cómodo”, refirió.

Finalmente animó a los jóvenes a responder con generosidad el llamado del Señor al sacerdocio o a la vida religiosa.

“Enseñemos a la juventud a encontrar ese futuro maravilloso que Dios tiene reservado para algunos cuando los llama a una entrega total en el sacerdocio y la vida religiosa. Al empezar el año animo a muchos jóvenes a mirar a Jesús y preguntarle, y si sienten la llamada saber ser valientes. Y que los papás los apoyen y los respalden”, señaló.

“Aprendamos también a formarnos en el estudio, el trabajo y la familia para contribuir a ese mundo de la política, cultura y economía, para edificar la sociedad con un rostro más humano y solidario”, culminó.

Concelebraron con el Cardenal Cipriani los obispos Auxiliares de Lima, Monseñores Adriano Tomasi y Raúl Chau.

Participó de la Misa el Ministro de la Producción José Urquizo; así como religiosas, religiosos, y un numeroso grupo de jóvenes que participa de una convivencia organizada por el programa de promoción vocacional de la arquidiócesis de Lima.